EL MUNDO › BUSH SE VOLVIO A VESTIR DE MILITAR
El comandante apócrifo
El presidente de EE.UU., George W. Bush, perseguido últimamente por los cuestionamientos a su pasado militar, replicó ayer con una arenga a las tropas de Fort Polk (Luisiana) en la que insistió que “no cesará” hasta eliminar la amenaza terrorista. Bush defendió la guerra en Irak y aseguró que Estados Unidos “no vivirá a la sombra de amenazas crecientes” como la que, según él, representaba el régimen del ex presidente Saddam Hussein en el país árabe.
Vestido con una chaqueta militar, Bush intentó reforzar su imagen de “presidente de guerra”, recordó que es el comandante en jefe de las tropas de EE.UU. y aseguró que “no cesaré hasta que la amenaza contra este país haya desaparecido... y ustedes tampoco”. La comparecencia del presidente en Fort Polk es significativa ya que dos soldados que procedían de esta base murieron al estallar la semana pasada una bomba junto a una carretera en Irak.
Bush intentaba relanzar su imagen entre los miembros de la Guardia Nacional a raíz de la polémica en torno a su servicio militar durante la guerra de Vietnam, a comienzos de los años ‘70. Bush intenta sin gran éxito acallar la polémica sobre su registro militar, luego de entregar talonarios de pago y expedientes de servicio que sus asesores dicen que prueban que cumplió con su deber durante la guerra de Vietnam. Y la popularidad de Bush no hace más que caer.