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Con una afluencia de votantes record en la historia reciente del país, los salvadoreños concurrieron ayer a las urnas para elegir un nuevo presidente, a cuyo cierre se presentó una guerra de sondeos que alternaba la victoria para uno u otro de los dos principales candidatos. Al cierre de esta edición no estaban aún los cómputos oficiales –se necesita más del 50 por ciento para que no haya segunda vuelta–. Si vence el veterano líder comunista, Schafik Handal, candidato por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), será la victoria de la izquierda por primera vez desde el fin en 1992 de la guerra civil. Un triunfo del empresario de medios de comunicación, Elías Antonio “Tony” Saca, representará un cuarto período para la gobernante derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Esta ya se proclamó vencedora con más del 50 por ciento de los votos, con base en sus propias encuestas de boca de urna.
Saca agradeció a todos los salvadoreños por su “victoria presidencial”. “Gracias por llevarme a la silla presidencial, estaré todos los días trabajando para cumplir las expectativas del pueblo que habló claro, contundente”, añadió Saca. Aunque el Tribunal Supremo Electoral todavía no había divulgado los primeros resultados preliminares, los recuentos difundidos por varios medios de comunicación dieron una ventaja de más de 20 puntos a Saca sobre su principal adversario Handal. El opositor FMLN rechazó la proclamación y aseguró que se trata de “un gesto desesperado” de la derecha gobernante para presionar al TSE para que “apresure los resultados oficiales”.
La única encuesta a boca de urna, realizada por el Canal 12 de televisión local, dio un 49,6 por ciento para el FMLN; el 43,1 por ciento para el oficialismo; el 4,6 para la Coalición Socialcristiana CDU-PDC; y el 2,7 para el Partido de Conciliación Nacional (PCN). Sin embargo, como casi inmediata respuesta, el jefe de campaña de Arena, René Figueroa, salió a proclamar el triunfo de esa fuerza basado en los “primeros resultados obtenidos a boca de urna”, aunque sin brindar más precisiones sobre tales sondeos.
“Soy muy optimista porque mi triunfo es el de los salvadoreños. Debemos votar por un país seguro, por la libertad”, dijo el candidato oficialista alzando su pulgar derecho y violando la veda electoral tras emitir su voto, mientras simpatizantes cantaban el himno de su partido. Por su parte, Handal dijo estar “seguro de ganar”, mientras colocaba una ofrenda floral en la tumba del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, asesinado por un escuadrón de ultraderecha en marzo de 1980.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Ricardo Menesses, afirmó que “los comicios se llevaron a cabo sin incidentes, en un marco de tranquilidad y sin disturbios”, quien agregó que los 17.000 agentes desplegados en los 262 municipios del país garantizaron la seguridad de las elecciones. Estas fueron las terceras elecciones desde el final de la guerra civil en 1992 que dejó 75 mil muertos, fueron vigilados por unos 1500 observadores de 35 países, entre ellos 40 enviados por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y en general transcurrieron sin incidentes.
Ningún analista en el país se animó ayer a aventurar un resultado, ante lo cerrado que estuvieron los sondeos de opinión de los últimos días.
El oficialista Saca lideraba las encuestas con una ventaja de 6 puntos sobre Handal hasta pocos días antes de los comicios, pero un sondeo divulgado el sábado ya reflejaba un empate. En caso de que ninguna fuerza alcanzara el 50 por ciento más uno de los votos, se efectuaría una segunda ronda de votaciones en mayo para definir al ganador. A diferencia de los comicios de 1999, en los que votaron sólo 39 por ciento de los salvadoreños habilitados, ayer el TSE dio cuenta de una importante afluencia de salvadoreños a las urnas.