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The New York Times

Ante una de las crisis más serias de su presidencia, Vladimir Putin ha sucumbido a sus más oscuros instintos. Los servicios de seguridad rusos deberían ser revitalizados para luchar contra el terrorismo. Sin embargo, Putin está usando la tragedia de Beslán como excusa para sofocar los últimos vestigios de la era democrática de Yeltsin. El miércoles, evocando una de las mayores concentraciones autocráticas de poder en la historia rusa, Putin reclamó una legislación que termine con las elecciones populares regionales de gobernantes y con el voto en distritos parlamentarios, en favor de listas de candidatos elegidos por líderes partidarios más propensos a inclinarse por los caprichos presidenciales.
(Editorial)

The Moscow Times

En respuesta a los recientes ataques terroristas que han sacudido a Rusia, el presidente Vladimir Putin anunció un paquete de reformas gubernamentales que reforzarán la dirección autoritaria de la tendencia política rusa. Putin propuso una reestructuración de la rama ejecutiva, convirtiéndola en mucho más rígida y centralizada. Su plan debilita la democracia representativa al desmantelar las elecciones directas. De todas las medidas, sólo la Comisión Federal Especial de Caúcaso Norte tiene relación directa con la tragedia de Beslán, que sirvió como excusa para anunciar el paquete de reformas autoritarias. (Nikolaiv Petrov)

Libération

La escuela de Beslán confirma que el terrorismo se ha radicado en el Cáucaso Norte. El Kremlin se niega a reconocer las deficiencias de sus propias políticas. ¿Cómo puede querer convencernos Vladimir Putin de que Rusia es simplemente la nueva víctima de Al Qaida? No reconoce que el estado de guerra y desolación de Chechenia es el origen del terrorismo. Rusia ya no es la fortaleza soviética de fronteras impermeables y cerrada a su propia propaganda, los medios extranjeros están presentes. Más allá del control de la información y del endurecimiento del régimen, lo más preocupante es la ausencia de propuestas políticas del Kremlin. Sólo las medidas burocráticas y policiales han avanzado. Y los dirigentes anuncian a sus ciudadanos que deben estar preparados para otros atentados. Los rusos dudan cada vez más de que la política de represión en Chechenia les aporte la seguridad.
(Marie Mendras)