EL MUNDO
Historia de dos mujeres y dos ciudades en Brasil
Mientras en San Pablo creen que sólo un milagro salvará a la petista Marta Suplicy en las municipales de mañana, en Fortaleza está surgiendo una nueva estrella de la izquierda: Luizianne Lins.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Con la ciudad electoralmente polarizada entre pobres y ricos, los primeros proclives al PT, los segundos al Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), ayer todos miraban al cielo paulistano. Bajo un sol radiante, en el local petista de la calle Clelia, barrio de Lapa, un muchacho repartía panfletos y repetía: “Dios es petista”. Y es que las clases medias y altas pueden emigrar en masa a la playa, lo cual significaría esa ayuda del cielo que esperan los petistas.
Hay pasacalles colocados por el municipio orientando a los automovilistas sobre cómo salir de San Pablo sin problemas (y si es posible no regresar hasta después de las elecciones). Ante la operación petista, José Serra contraatacó: “Vote primero y después vaya al mar”, dijo en radios y tevé cada 5 minutos. Apoyando a Serra, el gobierno provincial, también socialdemócrata, lanzó una ola de controles que, según Marta Suplicy, entorpecen el tránsito para perjudicar la imagen municipal. En rigor, cuando el gobernador Geraldo Alkmin ayuda a Serra se ayuda a sí mismo: una victoria del PSDB en la ciudad de San Pablo lo proyecta como candidato a las presidenciales del 2006. Ahí está el nudo de la cuestión: si el partido de Alkmin-Serra gana mañana, los socialdemócratas gobernarán simultáneamente la ciudad y el estado más fuertes del Brasil, controlando un PBI y una población equivalentes a la Argentina, tanto poder como para frustrar la aspiración de un segundo gobierno de Lula.
Mientras el gobierno federal espera un milagro en San Pablo y orienta su poderosa máquina electoral en favor de “Marta”, en la nordestina Fortaleza, capital de Ceará, emerge la estrella de Luizianne Lins. Ex líder estudiantil, la periodista de 35 años consiguió llegar el ballottage de este domingo enfrentando al poder de los “coroneles” y las mafias locales sin apoyo de la dirección del PT. “Todo lo que pido es que el partido no me boicotee más”, declaró Lins desafiante antes de ser recibida por el propio Lula en Brasilia.
A pesar de los ataques medievales del candidato Mornoi Torgan (Partido del Frente Liberal) que acusó a Lins de apología de la homosexualidad (porque propone educación sexual en escuelas públicas), la victoria de la petista es casi segura. Los sondeos dan 50 puntos a Lins contra 39 de Torgan. Luizianne Lins pertenece a Democracia Socialista, una tendencia de izquierda que permaneció en el PT pese a sus simpatías por la senadora Heloísa Helena, también nordestina, quien rompió el año pasado y formó un nuevo partido.
Aunque vencer en Fortaleza es un dato político importante, lo que da volumen a Luizianne es su proyección dentro del PT: dirigentes críticos a la conducción del PT y a la política económica del gobierno celebraron la irrupción de la joven cearense. Politólogos reunidos en Belo Horizonte discutieron el “factor Luizianne”, pero no llegaron a un consenso sobre sus consecuencias: unos consideran que puede despuntar un movimiento cismático y otros que se abre una fase de reformas internas en el PT.