EL MUNDO › EL CHAVISMO PIERDE FUERZA
Del goteo a la tormenta
Las críticas que diversos militares fueron haciendo al presidente venezolano Hugo Chávez, desde febrero y hasta el fallido golpe en su contra, fueron conocidas como “el goteo”. Después de la intentona, comenzó otro “goteo”: el de los datos que vinculan a funcionarios norteamericanos con el efímero régimen de facto que reemplazó a Chávez. Ayer fue el turno del coronel Ronald MacCammon, segundo oficial estadounidense de alto rango que estuvo con los golpistas, según reveló una fuente cercana a la investigación oficial. Washington volvió con su goteo de negaciones de esta vinculación. Por su lado, Chávez está viendo cómo empieza otro goteo, igual de peligroso: cuatro diputados de su Movimiento Quinta República (MVR) renunciaron al partido y auguran otras divisiones que pueden hacer perder a Chávez su mayoría en la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral). Ayer, la Asamblea Nacional aprobó la creación de una Comisión de la Verdad que investigue los enfrentamientos alrededor del Palacio de Miraflores y los saqueos durante los días del golpe, en donde murieron más de 40 personas.
Los ex diputados oficialistas son José Luis Farías, Ernesto Alvarenga, Alejandro Armas y Nelson Ventura, quienes crearon ayer un nuevo bloque parlamentario tomando distancia del chavismo. Ahora, la oposición a Chávez está a apenas cuatro diputados de quitarle la mayoría al oficialismo en la Asamblea Nacional. Y según explicó Farías, otros diputados han manifestado ya su deseo de pasar a formar parte de este nuevo grupo, al que probablemente se integrarían los diputados Alberto Jordán Hernández y Carlos Tamayo, expulsados del MVR tras haber hecho severas críticas a Chávez. Farías dijo que aceptaba participar del diálogo propuesto por Chávez a la oposición, pero reclamó la renuncia de dos ministros: el de Defensa, José Vicente Rangel, y el del Interior, Ramón Rodríguez Chacín. Ambos, justamente, son los principales negociadores designados por el gobierno para acercarse a la oposición.
Ayer, una fuente de la investigación sobre el golpe señaló al coronel Mac Cammon como uno de los norteamericanos que estaban con los militares golpistas en Fuerte Tiuna, la principal guarnición militar de Caracas, donde Chávez estuvo detenido en las horas del golpe. Esa misma fuente había dicho que el teniente coronel James Rodgers también participó de la intentona. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Richard Boucher, declaró ayer que, efectivamente, dos militares estadounidenses condujeron su automóvil hasta el Fuerte Tiuna mientras se ejecutaba el golpe, pero nunca se bajaron del vehículo. Estados Unidos es el único país extranjero cuyos agregados militares tienen oficinas en Fuerte Tiuna. El año pasado Chávez ordenó poner fin a ese privilegio, pero la orden nunca se hizo efectiva.
Para lavarse más la cara, el Pentágono dijo ayer que está llevando a cabo su propia investigación para determinar exactamente dónde estaban los integrantes de su agregaduría militar en Venezuela durante el golpe. “Solamente queremos estar seguros de que no había nadie actuando por su propia cuenta”, dijo un alto funcionario del Pentágono.