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Irán evitó ayer ser denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU al ser aprobada en la Junta de Gobernadores del OIEA una resolución que sólo pide a Teherán mantener suspendido su programa de enriquecimiento de uranio, pero no amenaza con sanciones si la exigencia no es cumplida. La resolución señala que “una aplicación sostenible y plena de esta suspensión, que es una medida voluntaria de creación de confianza, legalmente no vinculante y que debe ser verificada por el OIEA, es esencial para poder enfrentar los asuntos pendientes” en la investigación del programa nuclear iraní. El acuerdo en torno a la declaración se logró tras discusiones por la insistencia de Irán de continuar operando una veintena de centrifugadoras, pese al compromiso con la Unión Europea de suspender todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio. Se pudo llegar a la resolución después que el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) recibiera una carta del gobierno iraní que asegura haber desistido de operar esos equipos.