EL MUNDO › EL FANTASMA DE LA REVUELTA
ECUATORIANA SE CORPORIZO EN LAS CALLES DE MANAGUA

Cuando Nicaragua se confunde con Quito

Managua fue ayer el epicentro de protestas de base estudiantil en oposición al aumento de tarifas del transporte urbano, tras el incremento del precio del combustible. La represión dejó decenas de heridos y detenidos. La mayoría de los alcaldes del país piden la dimisión del jefe de gobierno Bolaños.

La complicada situación de Nicaragua hizo pensar en un contagio desde Ecuador. Al menos 19 heridos entre manifestantes y policías y varias decenas de detenidos dejaron ayer las violentas protestas en la capital nicaragüense contra el gobierno de Enrique Bolaños, cuya renuncia fue solicitada por la mayoría de los alcaldes del país. Varios miles de estudiantes y pobladores, que por primera vez se sumaron a las protestas, salieron a las calles de Managua para protestar contra un alza en los pasajes del transporte urbano. La crisis que enfrenta Bolaños se vio agravada ante un manifiesto firmado por 96 de los 152 alcaldes del país, que le pidieron la renuncia ante su presunta incapacidad para hacer frente a las protestas estudiantiles. El gobierno de Bolaños minimizó el alcance de las protestas y descartó la posibilidad de decretar un estado de emergencia. Esto se produce a un año de las elecciones presidenciales y legislativas en Nicaragua, el 5 de noviembre de 2006.
“Si el presidente no quiere o no puede asumir la responsabilidad para el cargo para el que fue electo, con todo respeto y seriedad le solicitamos que renuncie”, indicó un manifiesto de los alcaldes que se reunieron en Managua. El manifiesto, firmado por alcaldes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) y del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha), que dirige el ex presidente Arnoldo Alemán, fue leído por el alcalde de Managua, el sandinista Dionisio Marenco. El comunicado fue emitido por los ediles organizados en la Asociación de Municipios de Nicaragua (Amunic). El pedido de renuncia se hizo en momentos en que Managua vivía violentos enfrentamientos entre policías y estudiantes y pobladores que exigen la derogatoria de un aumento en las tarifas de los pasajes de autobuses.
Por segunda semana consecutiva la capital nicaragüense fue sacudida por protestas callejeras de estudiantes, a las que ayer se sumaron piquetes de pobladores en distintas partes de la ciudad. Los manifestantes rechazan un aumento de tres centavos de dólar en el pasaje de autobuses que los transportistas aplican unilateralmente desde el pasado seis de abril. Los ediles liberales y sandinistas expusieron que “no aceptamos que siga jugando con el país, desviando la atención del problema hacia los gobiernos municipales”.
Los municipales exigieron del gobierno central una “actitud beligerante, urgente y responsable para solucionar el problema, no aceptamos excusas y menos trucos publicitarios para evadir las acciones necesarias ante la crisis”. El gobierno considera que la regulación del transporte urbano en la capital corresponde a la alcaldía de Managua. En tanto, Marenco aseguró que no puede establecer una tarifa porque “yo no regulo el precio del combustible” sino el gobierno central. Los alcaldes propusieron al gobierno impulsar proyectos de generación eléctrica con fuentes alternativas que permitan al país reducir su dependencia del petróleo.
Nicaragua gastó en petróleo en 2004 la suma de 300 millones de dólares y de alcanzar el precio internacional del crudo los 60 dólares, según estimaciones oficiales podría gastar hasta 600 millones de dólares.
Los enfrentamientos empezaron en la Universidad Agraria (UNA), al norte de la capital, donde las brigadas antimotines desalojaron con gases lacrimógenos y balas de goma a los estudiantes que bloquearon la vía pública, denunció el dirigente estudiantil Yasser Martínez, presidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN).
Por su parte, el gobierno minimizó las manifestaciones. “El presidente ha actuado apegado a la Constitución y las leyes. No va a hacer nada que atente contra la institucionalidad del país”, afirmó el secretario de Comunicación de la presidencia, Lindolfo Monjarretz, en rueda de prensa. Los estudiantes fueron reprimidos por quemar llantas, levantar barricadas y bloquear el paso en un trecho de la carretera panamericana que pasa frente a la UNA, 15 kms al noreste del centro de la capital.
En tanto, cerca de 1000 estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA) y la Universidad de Ingeniería (UNI) se dirigieron al centro de la capital, y se resistieron a abandonar el sitio, en medio de una batalla campal con la policía, que reportaba al mediodía un agente gravemente herido. Mientras tanto, más 300 estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) trataban de resistir, al sur de la capital, a las brigadas antimotines que cercaron y abrieron fuego contra el recinto académico, donde fueron vistos jóvenes ensangrentados buscando refugio.
El enfrentamiento impedía a las ambulancias de la Cruz Roja entrar al recinto para socorrer a los universitarios heridos.
En tanto, los propietarios de autobuses se declararon ayer en paro por tiempo indefinido y se unieron a los estudiantes para demandar del gobierno una solución al alza en el precio de los combustibles, que motivó el aumento del pasaje. La decisión de paralizar el transporte fue anunciada por Quinto tras sostener una reunión con rectores universitarios y la dirigencia estudiantil. Transportistas y universitarios anunciaron que marcharán hoy hacia la presidencia para demandar respuestas al gobierno por la crisis del transporte.

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La policía reprimió a los miles de estudiantes que protestaban en la capital de Nicaragua.
 
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