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El caso judicial más significativo de Rusia desde la caída de la Unión Soviética terminó como lo temían los activistas pro-democracia, luego de que el magnate multimillonario del petróleo Mijail Khodorkovsky fuera encontrado culpable y sentenciado a nueve años en prisión. Convicto por una enorme serie de delitos por fraude y evasión fiscal, la sentencia asegura que Khodorkovsky, una vez el hombre más rico de Rusia, estará bajo rejas para cuando haya nuevas elecciones presidenciales en 2008. Sus seguidores dicen que fue su obstinada oposición al Kremlin y al presidente Vladimir Putin, como jefe del ejecutivo del gigante petrolero Yukos, lo que lo metió en problemas en primer lugar.
Financió los partidos políticos anti-Kremlin y criticó al gobierno. Ayer, él y sus aliados afirmaron que la sentencia tuvo motivaciones políticas y fue una advertencia a cualquiera que se anime a desafiar al Kremlin. Khodorkovsky dijo que lucharía por su libertad y la de Rusia. “Lucharé por la libertad, mi propia libertad, y especialmente la de las generaciones futuras. Para entonces mi destino se habrá convertido en lección y ejemplo”, dijo en una declaración. El presidente de Estados Unidos, George Bush, dijo que Washington había expresado su preocupación por el proceso y estaría alerta sobre cómo se manejaba cualquier apelación. El presidente norteamericano sostuvo que había “expresado su preocupación sobre el caso” directamente a su contraparte, Putin. “Como le expliqué a él, aquí uno es inocente hasta ser declarado culpable, y nos parecía, por lo menos a la gente en mi administración, como si hubiera sido declarado culpable antes de tener un juicio justo”, le manifestó a la prensa en Washington.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère