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Renombrados políticos están llamando a una investigación completa de las actividades de los operativos de inteligencia de Estados Unidos en Italia, luego de la decisión de una jueza de Milán de pedir órdenes de arresto para 13 agentes de la CIA. Los agentes supuestamente secuestraron a un militante islámico y lo transportaron a Egipto para interrogarlo. Paolo Cento, un legislador del Partido Verde y vicepresidente del Comité de Justicia de la Cámara baja del Parlamento, ha pedido una explicación del episodio tanto al ministro del Interior italiano como al de Defensa.
“Lo que ha surgido de las investigaciones requiere una clarificación política,” aseguró. “Queremos saber si los agentes secretos de EE.UU. son libres de operar en Italia, y si ése es el caso, queremos saber cómo el gobierno asegurará la soberanía nacional.” Al emitir las órdenes, la magistrada Chiara Nobili tomó una postura sin precedentes frente a la política de EE.UU. conocida como “tortura tercerizada”. Los 13, tres de ellos son mujeres y uno es supuestamente un ex cónsul de EE.UU. en Milán, se dice que habrían arrancado al militante islámico de las calles de Milán y lo llevaron en avión a Egipto para un interrogatorio. Hassan Mustafa Osama Nasr, también conocido como Abu Omar, un egipcio nacionalizado, era el imán –sacerdote musulmán– de una mezquita en Milán. Tenía asegurado un asilo político en Italia, pero era investigado por las autoridades italianas por vínculos terroristas. Fue capturado el 17 de febrero de 2003 mientras caminaba hacia su mezquita y arrojado en una camioneta que se lo llevó.
Nasr fue llevado a una base aérea conjunta, italiana y norteamericana, en Aviano, norte de Venecia, y luego, en avión, a El Cairo a través de Alemania. El año pasado telefoneó a su esposa y amigos en Milán, luego de ser liberado, y les contó que había sido llevado a una prisión secreta en Egipto y torturado con electroshocks. Para muchos italianos, la conducta de los agentes de la CIA revela un desacato a las fronteras territoriales que los deja sin palabras. Los investigadores pudieron construir una imagen detallada de los movimientos de los norteamericanos porque éstos no tomaron precauciones, alojándose en los más caros hoteles de Milán por semanas y usando celulares italianos y líneas telefónicas de los hoteles para largas conversaciones.
Los investigadores italianos están también enfurecidos por la manera casual en que los norteamericanos sabotean sus investigaciones. “Les damos información sobre Abu Omar y luego usan esa información en nuestra contra, debilitando toda nuestra operación contra su red terrorista”, contó un importante investigador italiano al diario The New York Times.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: L. C.