“Esto demuestra que Pinochet actuó de manera concertada con su familia y sus colaboradores”, explicó la abogada querellante Carmen Hertz a Página/12 al analizar el procesamiento y la detención de la esposa, los hijos y algunos ex empleados de Augusto Pinochet en la megacausa de las millonarias cuentas secretas que el ex dictador chileno mantenía en el exterior. El juez Carlos Cerda dictó ayer dos autos de procesamiento, uno por evasión tributaria y el otro por falsificación de pasaporte, en los que otorgó el beneficio de libertad bajo fianza, previa consulta de la Corte de Apelaciones de Santiago. Cerda no quiso enviarlos a un centro de detención por lo que permanecerán con arresto domiciliario hasta que se conozca hoy la decisión del tribunal, que por sus fallos anteriores, es muy probable que les conceda la libertad bajo fianza. El hijo mayor de los Pinochet, Augusto, ya fue liberado porque está encausado sólo por falsificación de pasaporte, y no por fraude tributario.

El daño al fisco chileno es millonario. Según determinó el juez Cerda, los mayores deudores son la esposa del general retirado, Lucía Hiriart, con casi 825 mil dólares; su hija Lucía con una cifra un poco superior; y el ex albacea de Pinochet, el abogado Oscar Aitken, con más de 3 millones de dólares. En conjunto, el Servicio de Impuestos Internos estima que el fraude alcanzaría casi los ocho millones de dólares. Hertz se mostró esperanzada por la decisión del magistrado y se animó a adelantar que “falta poco” para que se emita un fallo, que esperan “sea condenatorio”. El delito de fraude tributario es penado por tres años o más, mientras que al adulteramiento de pasaporte le corresponde una pena menor. Aunque no parece probable que Pinochet o su esposa cumplan condena en la cárcel, Hertz cree que el destino de sus hijos podría ser otro.

A las nueve de la mañana, la familia Pinochet conoció la decisión del juez Cerda, hasta ahora el golpe judicial más fuerte contra el entorno del ex dictador. Anteriormente, la causa, iniciada por el actual juez de la Corte Suprema Sergio Muñoz, había procesado a Pinochet, a su esposa, a su hijo menor, Marco Antonio, y a sus ex colaboradores, Aitken y la que fuera su secretaria personal, Mónica Ananías. Con los procesamientos de ayer quedan además involucrados los otros cuatro hijos de los Pinochet –Augusto, Lucía, Verónica, Jacqueline–, la esposa de Marco Antonio y la ex jefa de la sección de Pasaportes y Extranjería Erica Stemann, que colaboró en la adulteración de los documentos para abrir cuentas en el extranjero.

La causa que comenzó con la revelación de las cuentas secretas del Banco Riggs fue creciendo a la par de las investigaciones judiciales hasta abarcar delitos como malversación de caudales públicos, fraude tributario, falsificación de documentos públicos, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, venta ilegal de armas y asociación ilícita. Este último es el objetivo final al que quieren llegar los querellantes. En esta asociación habrían participado no sólo la familia y los allegados del ex dictador, sino también los jefes de la llamada Casa Militar, que funcionaron como sus secretarios privados durante la dictadura y como sus testaferros en el exterior, permitiendo triangular dinero de fondos públicos y de comisiones por ventas de armas. Esta gigantesca trama –cuya envergadura fue tal que llamó la atención del Senado estadounidense– “no se hace solitariamente”, explica Hertz como aclarando una obviedad.

Informe: Laura Carpineta.