La larga espera en Haití ya se cobró su primer muerto. La ansiedad de los partidarios del favorito René Preval volvió a copar las calles de Puerto Príncipe, pero esta vez las manifestaciones fueron menos pacíficas y festivas que las del fin de semana. Por primera vez desde las elecciones del martes pasado, el primer ministro interino, Gérard Latortue, intentó calmar a los miles de manifestantes que tomaron a la tarde el hotel desde donde el Consejo Electoral Provisional (CEP) hacía sus anuncios. Les aseguró que “la voluntad del pueblo será respetada” y, dirigiéndose a Preval –que se trasladó a la capital a negociar– le garantizó que “no se robará su victoria”. Anoche se reunió Preval con el premier Latortue y el presidente Boniface Alexandre y el enviado especial de la ONU, el chileno Juan Gabriel Valdés. Al cierre de esta edición, el candidato dialogaba a puertas cerradas con otros líderes políticos.

Afuera del palacio presidencial, una multitud se mantenía en vigilia bajo una intensa lluvia a la espera de una respuesta de Preval, del CEP o del gobierno. Fuentes diplomáticas aseguraban anoche que no creían que se difundieran los resultados finales hasta que se garantizara una reacción popular pacífica. Desde Brasil, mientras tanto, el canciller Celso Amorim le pidió a su par estadounidense, Condoleezza Rice, que se convocara una reunión del Consejo de Seguridad urgente para tratar la delicada situación de la nación caribeña. En medio de la incertidumbre electoral, la Minustah (Misión Especial de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití) sufrió una baja importante. España anunció ayer que retirará a su contingente militar completo –unos 200 hombres–, aunque aseguró que “no significa el abandono” de la delicada situación haitiana.

Desde Uruguay, el canciller español, Miguel Angel Moratinos, explicó que el objetivo de su país, una vez realizadas las elecciones, es “redimensionar y poner más énfasis en lo que ahora más necesita Haití”, que “precisamente es la reconstrucción del Estado de derecho, y de las instituciones políticas y sociales”. Para ello, “lo que haremos es aumentar nuestra presencia en lo que es ayuda y cooperación humanitaria, lo que es también presencia de policía para garantizar el orden público y facilitar toda tarea de reconstrucción”, agregó Moratinos.

Los últimos resultados parciales, con más del 90 por ciento escrutado, daban un 48,73 por ciento a Preval, muy por encima del ex presidente Manigat, que sólo habría cosechado un 11,84 por ciento. Estas nuevas cifras reafirman la tendencia de una eventual segunda vuelta, lo que enardeció aún más a las decenas de miles de manifestantes que demandaban los resultados finales y que se proclamara la victoria del ex presidente y antiguo aliado del derrocado Jean-Bertrand Aristide. Las protestas comenzaron desde temprano. Con machetes en mano, grupos de seguidores de Preval provenientes de los barrios populares bloquearon algunas de las principales avenidas de Puerto Príncipe en protesta por la presunta manipulación electoral en perjuicio de su candidato.

Los rumores de una presunta manipulación del CEP comenzaron luego de que el sitio en Internet de la institución difundiera el sábado gráficos en los que Preval contaba con el 52 por ciento de los votos, al mismo tiempo que el secretario general de ese organismo, Jacques Bernard, difundía un boletín en el que le otorgaba solamente un 49,10 por ciento. Además, Patrick Fequiere y Pierre Richard Duchemin, dos de los nueve miembros del CEP, denunciaron el domingo a radios locales que el cómputo de los comicios había sido manipulado.

Sin embargo, el principal incidente de la jornada fue sin dudas la muerte de un simpatizante de Preval, llamado Junior, en el barrio Carrefour Fleuriot, en el norte de la capital. Según testigos, un grupo de cascos azules jordanos dispararon contra manifestantes que intentaban instalar una barricada. Las autoridades de la misión lo negaron, asegurando que sólo se disparó al aire.