Martes, 14 de febrero de 2006 | Hoy
En junio de 2004, el empresario José Mainardi fue víctima de una salidera en pleno centro porteño. Eran tres ladrones montados en una moto y estaban armados. El empresario disparó seis veces. La Justicia lo absolvió por considerar que actuó en legítima defensa.
Por Raúl Kollmann
El empresario José Manuel Mainardi, quien en junio de 2004 mató a balazos a dos hombres que lo asaltaron e hirió gravemente a un tercero, fue sobreseído ayer por la Justicia, que consideró que actuó en legítima defensa. El caso tuvo fuerte repercusión porque fue una salidera bancaria en pleno centro de la Capital, en la avenida Córdoba y Esmeralda, y el fallo podría levantar polémica dado que Mainardi disparó –según la causa judicial– seis veces, mientras que los asaltantes, que tenían una pistola 9 milímetros, no hicieron ningún disparo, aunque mientras intentaban huir en una moto le apuntaron con esa arma. Hubo un séptimo disparo, también proveniente del arma de Mainardi, y que éste sostuvo que fue hecho por los ladrones en un momento en el que supuestamente le arrebataron el arma. Para el juez el caso se encuadra dentro de la legítima defensa, ya que sostiene que Mainardi no reaccionó en forma desproporcionada, sino que respondió con un arma a la amenaza de otra. El fiscal no apeló el fallo y las familias de los tres ladrones, que al principio fueron tenidas por querellantes, perdieron ese carácter por pedido del abogado del empresario. De esa manera, Mainardi quedó definitivamente sobreseído.
El fallo sobre el caso Mainardi se conoció ayer, pero data de marzo de 2005. La resolución, además, no se condice con los hechos tal como fueron informados el mismo día en que ocurrieron. Aquel 4 de junio de 2004 la policía informó que el empresario, un tirador experto, había disparado 13 veces después de que los ladrones lo sorprendieran en la esquina de Córdoba y Esmeralda, en plena Capital, y le arrebataran 10 mil de los 22 mil pesos que había sacado del Banco Nación. Los jóvenes delincuentes, Carlos Paccor, Jesús Matelica y Antonio Straccia, le pegaron un culatazo, le arrebataron el dinero, hubo un forcejeo con el arma y luego intentaron huir en la moto, apuntándole al empresario con una pistola 9 milímetros, aunque sin tirar. Uno de los ladrones, según los testigos, le gritó al otro: “¡Matalo, matalo!”. Mainardi se repuso del forcejeo y les disparó mientras huían, alcanzando a Paccor y Matelica en la espalda, mientras que el tercero, Straccia, resultó gravemente herido. En ese entonces, incluso, se mencionó que Mainardi corrió a Straccia unos 200 metros disparando.
La versión que da el fallo es distinta: el empresario no disparó 13 veces sino sólo seis, hay un séptimo tiro que salió de su arma, pero que teóricamente fue en un momento en que le arrebataron el arma, no corrió a los ladrones y sus precisos disparos abatieron de inmediato a uno, el segundo murió a los 200 metros, sobre Suipacha, y el tercero intentó huir a pie pero su herida le impidió avanzar mucho.
“A mi juicio –sostuvo el juez Manuel Gorostiaga– no hay dudas de que los agresores se encontraban armados y de que Mainardi fue apuntado con el cañón de una de las armas de fuego, luego de haber recibido golpes en distintas partes de su cuerpo. Existió una situación de peligro concreta tanto para el patrimonio como para la vida de Mainardi que, en definitiva, fue víctima de una agresión ilegítima.” Justamente la existencia de una agresión ilegítima es condición necesaria para que alguien sea absuelto por legítima defensa. La otra condición es que la respuesta haya sido proporcional al ataque. Si una persona es sorprendida robando manzanas de un árbol y viene otra y le dispara, eso es exceso en la legítima defensa porque hay una desproporción en la respuesta, por lo que la pena va de dos a cinco años de prisión. En el caso de Mainardi, el actual juez y la Cámara de Apelaciones consideraron que la respuesta no fue desproporcionada, mientras que el primer juez, que luego se jubiló, Vicente Cisneros, había procesado al empresario por el exceso en la legítima defensa. Es que en ese momento se decía que Mainardi corrió al último de los ladrones, que ya huía, y lo terminó matando o hiriendo. El juez actual dice que eso no sucedió: todos los disparos fueron inmediatamente después de la salidera.Según explicó Juan Carlos Salerni, abogado del empresario de la construcción, las familias de los ladrones fueron aceptadas al principio como querellantes, pero luego el propio Salerni pidió que se revocara esa decisión, por lo que sólo quedó el fiscal para apelar. Como éste se mostró de acuerdo con el fallo, Mainardi terminó sobreseído en forma definitiva.
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