El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reconoció su error y lo enmendó. Después de escuchar las críticas de los movimientos sociales y sindicales, el gobierno decidió modificar el estatuto de la consulta popular que había presentado. Con este nuevo reglamento, los partidos políticos deberán presentar el mismo número de firmas que las asociaciones civiles para poder participar de la posterior elección de candidatos para la Asamblea Constituyente. Por otra parte, el gobierno ya empezó a diseñar los cambios económicos prometidos y ayer anunció una disminución del IVA, por considerarlo un impuesto regresivo, indirecto e injusto.

“No debimos haber cedido porque siempre respaldamos la tesis de que los partidos y los ciudadanos debían presentar las firmas”, se disculpó ayer el presidente, a quien el movimiento indígena había acusado de incumplir sus promesas de campaña. La rectificación de Correa seguramente le permitirá conservar la aprobación del 73 por ciento, con la que asumió el 15 de enero pasado, según la empresa encuestadora Cedatos-Gallup. Parte de esa popularidad se la debe a su determinación de depurar el cuestionado Poder Legislativo. Esta es una de las instituciones más desprestigiadas del país y es el último y más fuerte bastión de la corporación política. Por eso, Correa reiteró ayer que no permitirá que los partidos políticos obstaculicen la consulta popular y les pidió a los legisladores –en su gran mayoría opositores– que no entorpezcan el proceso de reformas con recursos judiciales u obstáculos políticos.

Correa está decidido a no perder sus 73 puntos de popularidad y por eso no sólo responde a las demandas de los movimientos sociales sino que además –tomando el ejemplo de su amigo Hugo Chávez– ya inauguró su propio programa para comunicarse con los ecuatorianos. Se llama El presidente dialoga con el pueblo y se transmite los sábados por radio (el único medio que llega a las comunidades indígenas, explicaban). En su primera emisión, de una hora, Correa respondió preguntas de los periodistas, pero desde el próximo sábado se habilitarán líneas telefónicas para que la gente pueda conversar con él.

Este diálogo directo le permitirá, según el mandatario, saber qué es lo que piensan los ciudadanos de sus medidas, reformas y proyectos. Seguramente, en el próximo programa se discutirá su intento de rediseñar el sistema impositivo. Bajarán el IVA del 12 al 10 por ciento y aumentarán el impuesto a Consumos Especiales, como el cigarrillo, las bebidas energizantes y los teléfonos celulares.