EL MUNDO › UN FRENTE DISIDENTE EN EL LABORISMO PREOCUPA A SHARON
Las fracturas de toda unidad
El diputado Haim Ramon denunció que el ataque del lunes en Gaza impidió una tregua palestina. Esto puede ser el inicio de una división en el laborismo que restaría apoyo al gobierno.
En Israel, los gobiernos de unidad nacional siempre tienen, cada tanto, este problema. El presidente de la comisión de Defensa y Relaciones Exteriores del Parlamento israelí, el diputado laborista Haim Ramon denunció ayer que el ataque del ejército israelí contra Gaza el lunes pasado –que mató a un jefe militar del movimiento islámico Hamas– acabó con la posibilidad de que los palestinos decidiesen un alto el fuego, tal y como estaban considerando. Las palabras de Ramon podrían tener más eco en la medida en que, luego de una semana de renuncias en el gabinete del premier Ariel Sharon, un grupo de dirigentes laboristas estaría considerando abandonar el gobierno. Dependiendo de cuántos son en el Parlamento israelí (Knesset), y de si algún grupo más decidiría hacer lo mismo, el gobierno de Sharon podría tener problemas para tener mayoría parlamentaria. Mientras tanto, Israel dijo ayer que está dispuesto a conversar con funcionarios de la seguridad palestina para proseguir con el aflojamiento del cerco en Cisjordania.
Ramon apoyó así una declaración del líder palestino Yasser Arafat, quien dijo que estaba negociando un cese del fuego con Hamas y Jihad Islámica para terminar con los atentados contra civiles israelíes. Arafat reiteró ayer que está negociando este “alto el fuego interno”. Ramon mostró el texto de ese acuerdo, sin firmar aún, y dijo: “Me sorprendería que los servicios de información militares israelíes no conocieran este documento y no entiendo por qué no informaron al poder político”. El ministro de Defensa, el laborista de línea dura Benjamin Ben Eliezer, minimizó la importancia del documento al afirmar que no contaba con el “compromiso de Tanzim (los grupos armados del movimiento Al Fatah de Arafat) y aún menos el de Hamas”.
Ramon y Ben Eliezer están enfrentados dentro del laborismo. Ramon tiene el apoyo del presidente de la Knesset, Avraham Burg, y del ex canciller Yossi Beilin. Explotando estas diferencias, el líder del partido Meretz (izquierda) Yossi Sarid está dispuesto a fundar un nuevo partido de izquierda que reúna a los independientes y laboristas disidentes. A esto se suma el hecho de que Sharon perdió la semana pasada a su viceministra de Defensa, Dalia Rabin Filosof (hija del asesinado premier israelí Yitzhak Rabin), y que Dalia Itzik abandonó el cargo de ministra de Industria para pedirle al canciller Shimon Peres el traslado a la embajada israelí en Londres. Todos ellos son laboristas. Anteayer, renunció el ministro sin cartera David Levy, del partido Gesher.
Si Sharon pierde a las palomas más palomas del laborismo, podrá seguir gobernando en alianza con los partidos a la derecha de su movimiento Likud, pero quedaría a merced de los tradicionales chantajes ultraortodoxos que son garantía de inestabilidad. En un hipotético llamado a elecciones anticipadas, Sharon tendría todas las de ganar, pero el hecho de que el renunciante Levy se haya reunido con el ex premier Benjamin Netanyahu poco antes de su renuncia, como revela el diario israelí Maariv, podría hablar de una operación más compleja.
Mientras tanto, las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina están recomponiéndose en algo. El gobierno israelí acordó la entrega de fondos correspondientes a la Autoridad Palestina en materia de impuestos aduaneros y piensa dar permisos de trabajo a 12.000 palestinos. Pero Nabil Abé Rudeina, consejero de Arafat, desmintió ayer que las medidas hayan sido puestas en práctica. Estas medidas incluían la reducción de las horas de toque de queda en los territorios autónomos, la parcial remoción de los puestos de bloqueo militares y menos restricciones para el ingreso a Israel de comerciantes y hombres de negocios palestinos. A los contactos entre funcionarios de Economía de ambas partes, Ben Eliezer dijo que esta semana podrían comenzar las conversaciones con el ministro del Interior palestino, Abdel Razzak al-Yahya. Si esto va acompañado de un “cese del fuego” intrapalestino, quizás estas reuniones tengan efectivamente lugar.