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Por Jonathan Steele *
Desde Jerusalén

El Partido Laborista israelí saludó ayer a un potencial salvador: un ex general considerado paloma y alcalde popular que dijo que estaba preparado para conducir al partido en las próximas elecciones y está posicionado alto en las encuestas. Amram Mitzna, de 57 años, alcalde de Haifa desde 1993, era poco conocido nacionalmente hasta este fin de semana, cuando una encuesta de opinión entre los miembros laboristas inesperadamente lo puso adelante del líder del partido y ministro de Defensa, Benjamin Ben Eliezer. Y esto llega justo cuando el premier Ariel Sharon amenazó con convocar a elecciones anticipadas ante la férrea oposición del laborismo y otros partidos de gobierno a la ley de presupuesto.
Varias altas figuras del partido corrieron a apoyar a Mitzna, y el ala pacifista del partido –que amenazó con abandonar el laborismo bajo Ben Eliezer– dijo que se quedaría si Mitzna se convierte en el líder. Así, de pronto, entre las amenazas de Sharon y las noticias dentro del laborismo, la política israelí ha sido abruptamente asaltada por la fiebre de la elección. Mitzna iba a anunciar hoy su candidatura para el liderazgo del partido.
Hace tres meses, al comienzo de la masiva reocupación por parte de Israel de las ciudades palestinas, Sharon parecía no tener rival. Ahora, con la continuación de los ataques suicidas y el creciente descontento ante los recortes anunciados en el presupuesto para el año fiscal entrante, parece que podría haber una competencia real. El resurgimiento de la violencia ha acabado con la inversión extranjera, ha casi parado el turismo y enviado la economía a su peor crisis en décadas. Mitzna pasó 30 años en el Ejército y terminó como comandante de la fuerzas israelíes en Cisjordania durante la primera intifada palestina.
“Aprendí los límites de la fuerza militar, y sé que no existe la posibilidad de resolver los problemas políticos sólo con la fuerza”, dijo durante el fin de semana. Apoya la necesidad de tener conversaciones sobre la creación de un Estado palestino, de una retirada israelí de Cisjordania y Gaza y de que Jerusalén esté dividida en áreas bajo control judío y palestino, en lugar de la política de Sharon de total control israelí. “Es realmente refrescante que alguien diga que hay una alternativa a la fuerza militar y que diga que Israel debe dar por lo menos el 95 por ciento de los territorios y desmantelar los asentamientos”, dijo ayer Amos Gitai, uno de los principales directores de cine de Israel.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: C.D.