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”Lo que hacemos es rendir cuentas de lo que hicimos hace un año cuando presentamos el pre-informe de la Comisión Investigadora sobre Lavado de Dinero y anticipamos el vaciamiento de la Argentina. A partir de ahora tienen que rendir cuentas los que robaron el país.” La frase la pronunció Elisa Carrió pocos minutos antes de partir hacia el acto que organizó el ARI para recordar el primer aniversario de la presentación del trabajo. Aseguró estar feliz por lo realizado, pero al mismo tiempo dice que “lo que anticipamos se confirmó de la peor manera. Hoy vivimos las consecuencias”.
–Un año después de la presentación del informe, ¿usted considera que lo realizado por la comisión fue un éxito o la lamentable confirmación de la tragedia argentina?
–Es imposible negar que fue un éxito. Pero al mismo tiempo es una cabal demostración de nuestra tragedia porque, tal como lo anunciamos en esa oportunidad, estaban robando a los pequeños y medianos ahorristas a través de compañías fantasma argentinas en el Uruguay. Lo anunciamos todo y al final ocurrió como cuando colapsó el sistema financiero de nuestro país, y hace poco el uruguayo.
–No sólo el sistema colapsó. También fueron cayendo los bancos que figuraban en el informe.
–Nosotros lo dijimos. Escribimos en las 1500 fojas del informe que uno de los bancos más comprometidos era el de los hermanos Rohm. Nos trataron de mentirosos, y hoy dos de sus directores están detenidos con prisión efectiva por ser parte de una asociación ilícita y, además, no hay que olvidar que (José) Rohm está todavía prófugo. También denunciamos que el banco que lavaba dinero del narcotráfico era el Velox de los hermanos Peirano. Hoy están con pedido de captura internacional... pero cuando lo denunciamos, nadie movió un dedo, la Justicia no investigó, el Banco Central no hizo nada. Pero tal vez el caso más paradigmático fue el de las cuentas suizas de (Carlos) Menem. Toda su gente salió a tratarnos de mentirosos, difamadores, que largábamos al aire denuncias sin investigar. Pero ahí está, el propio doctor Menem tuvo que salir a reconocer una de ellas.
–¿Esto puede significar un golpe mortal para las apetencias electorales de Menem?
–No sé, pero lo cierto es que fue un duro golpe del que todavía no se conocen cuáles serán sus consecuencias.
–¿Por qué cree que Diputados nunca debatió el trabajo en el recinto?
–La Cámara no se atrevió a debatirlo. Eso los convierte en cómplices, porque todo lo que ocurrió después de la publicación de nuestro informe se pudo haber evitado. Nosotros comenzamos la investigación en mayo del año pasado; después, cuando se conformó la comisión, trabajamos durante los 180 días que nos dieron, y cumplimos. Hoy, por nuestro trabajo hay 10 banqueros en la Justicia entre detenidos y procesados. Ahí está el resultado de nuestra tarea, ahí está el resultado de las cajas que llegaron de los Estados Unidos y que muchos dijeron que no tenían nada. Quiero decir algo más: no sólo la Cámara es cómplice, es preciso recordar que el 31 de diciembre nosotros, los diputados del ARI, presentamos una denuncia por subversión económica y lavado de dinero a los directores de 26 bancos. El 25 de enero detuvieron a Rohm y pocos días después, en febrero, comenzó el lobby del FMI para que el Ejecutivo derogara la ley de Subversión Económica con el único objetivo de proteger a los que vaciaron el país.
–¿La derogación fue un paso atrás?
–Sin duda que lo es porque si continuaba la investigación judicial, podía ir preso el CEO del Credit Suisse, David Mulford. Pero lucharemos para declarar la nulidad de esa derogación. De todas formas, es precisodestacar que hay algunas causas judiciales que están avanzando y esto es una prueba de que nuestro trabajo ha dado frutos. Lamentablemente lo que ocurrió después de agosto fue la peor confirmación, la peor prueba de que el informe era veraz.
–El tiempo electoral ha comenzado. ¿Hacer un acto un año después de la presentación del pre-informe forma parte de su campaña presidencial?
–No, de ninguna manera. Lo que hoy (por ayer) estamos haciendo es sólo un aporte a la memoria del pueblo; lo que recordamos es el eslabón de una lucha que todavía no termina.