Martes, 24 de julio de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LA LLUVIA AGRAVO LA CRISIS AEREA. HABLO EL PRESIDENTE
El clima no le da tregua a la crisis aérea brasileña. A una semana del accidente que dejó cerca de 200 muertos y de un fin de semana con vuelos atrasados y cancelados, la intensa lluvia volvió caótico el aeropuerto de Congonhas, en el centro de San Pablo. En medio de esta tensión, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se dirigió a los familiares de las víctimas y les pidió fuerza para superar ese momento. El gobierno brasileño quiere esperar a que la investigación avance antes de tomar alguna decisión. Mientras las informaciones sobre el accidente del avión de TAM siguen siendo confusas, la Aeronáutica sostuvo ayer que el apagón energético que causó los retrasos el sábado pasado fue causado por una falla humana. Con esto descartarían la versión del lunes, que hablaba de un boicot de los controladores aéreos.
Presionado por los medios y por la oposición, Lula salió a enfrentar las cámaras. “Les pido a las familias fuerza y mucha fe en Dios, porque yo sé por lo que están pasando y sé de su sufrimiento”, aseguró el presidente, intentado acercarse a los familiares de las víctimas, que el domingo protestaron para pedir una investigación y una sanción a los responsables. “No existe ninguna hipótesis de que la verdad no venga a luz”, agregó. La de ayer fue la segunda aparición pública de Lula desde el accidente del martes pasado.
Aunque el presidente siempre se dirigió a los familiares de las víctimas, también aprovechó para criticar solapadamente a la oposición. “Es necesario que tengamos la prudencia de investigar correctamente con la seriedad que una investigación de esta magnitud merece”, sostuvo. En los últimos días, los medios opositores han difundido infinitas versiones sobre la causa por la cual el avión de TAM siguió de largo por la pista central de Congonhas, atravesó una avenida y se estrelló contra un depósito.
El diputado del derechista Partido Demócrata Efraim Filho, que viajó a Washington para seguir las pericias a la caja negra, confirmó que el piloto tuvo problemas para frenar el avión. Para el legislador opositor eso descartaría la hipótesis de que el piloto intentó “arremeter”, es decir, que aterrizó, recorrió una porción de la pista y luego intentó volver a levantar vuelo. En cambio, ganaría fuerza la versión que responsabiliza al estado de la pista por las complicaciones.
En el Palacio del Planalto tomaron esta información como todas las que estuvieron surgiendo durante los últimos días: con pinzas. No sólo porque provino de un diputado de la derecha, sino también porque existen otros indicios que ponen en duda esta versión. La empresa TAM reconoció la semana pasada que el avión tenía un desperfecto en una de las turbinas.
Esa misma esquizofrenia informativa se vive con respecto a los cada vez más habituales apagones aéreos. El domingo los principales medios brasileños sostenían que los retrasos y las complicaciones que paralizaron durante horas los aeropuertos brasileños el sábado habían sido provocados por un boicot de los controladores aéreos, grupo que desde hace meses demanda que el sector pase a manos civiles. Según la cúpula militar, los controladores habrían trabajando a reglamento, causando importantes retrasos y hasta algunas suspensiones.
Los controladores inmediatamente rechazaron la acusación. “No somos terroristas”, aseguraron, acompañando el tono dramático que rodea a toda la crisis aérea desde el accidente. Ayer, la Aeronáutica salió a rectificarse con tanta sutileza que no llegó a aceptar su error. “Fue provocado por una falla humana”, le comunicó el comandante de la fuerza, Juniti Saito, a la presidencia. De todas maneras, en estos días nada se descarta ni se comprueba en Brasil. Lo único que hay son especulaciones.
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