EL MUNDO
Lástima que Stiglitz ya fue el economista jefe del Banco Mundial
En plena campaña electoral brasileña, el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz salió a defender a Lula, quien a su vez salió a atacar al capital especulativo.
“Bush es más peligroso para la economía que Lula.” Esta frase provino nada menos que del Premio Nobel de Economía 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz, quien vino a contrarrestar los vaticinios negativos de parte de algunos analistas económicos estadounidenses para quienes un triunfo de la centroizquierda brasileña en los comicios del 6 de octubre –posibilidad que parece acercarse– representa un peligro. Precisamente porque los dos candidatos con mejores intenciones de voto son Luiz Inácio Lula da Silva (37 por ciento), por el Partido de los Trabajadores (PT), y Ciro Gomes (27 por ciento), por el Frente Laborista (FL). Si bien ninguno de los candidatos le ha dicho “no” al FMI, Lula acaba de señalar que si gana las elecciones responderá por “el pueblo y no ante el Fondo Monetario Internacional”.
Stiglitz, ex economista en jefe del Banco Mundial y duro crítico (actualmente) de las políticas del Fondo Monetario Internacional, también afirmó que ninguno de los candidatos a la presidencia del Brasil constituye un peligro para la democracia. En una entrevista que concedió al diario carioca O Globo, publicada ayer, Stiglitz admitió entre carcajadas que si tuviera que elegir entre Lula y Bush se quedaría con el dirigente del tradicional partido de izquierda, al afirmar que “lo bueno de Lula es que se trata de una persona honesta, que dice lo que realmente piensa”. Stiglitz también opinó que “el Fondo está avergonzado porque cometió errores con Argentina y ahora, en vez de admitirlos, le echa la culpa a la Argentina”, y sostuvo que la situación brasileña es “muy diferente” a la Argentina, “porque tiene superávit primario de las cuentas públicas y Argentina no, porque su moneda está subvaluada, mientras el peso argentino estaba sobrevaluado, y porque su recaudación fiscal llega al 30 por ciento del PBI y en Argentina no llega al 20”.
En tanto, el propio candidato petista aseguró que si gana los comicios del 6 de octubre sólo responderá ante “su pueblo y no ante el FMI”. El ex dirigente sindical metalúrgico, que sigue liderando las últimas encuestas, reiteró no obstante que su gobierno “respetará todos los compromisos, incluso los firmados por un gobierno contra el que hemos luchado” con el organismo crediticio internacional. Asimismo declaró su convencimiento de que el papel de Brasil en el continente americano “debe crecer; si lo hacemos bien, serviremos de ejemplo para otros pueblos”. Lula salió así a aplacar los temores que su extendido liderazgo en las encuestas ha generado en el extranjero, particularmente en los inversionistas que miran con recelo al histórico fundador del PT que va por cuarta vez en su aspiración a la presidencia, pero con un perfil mucho más aggiornado. Aseguró que tendrá en cuenta “a los que vienen a Brasil a hacer inversiones productivas (...) pues no podemos permitir la entrada del capital financiero puramente especulativo que destruye nuestro país”.
Además de Lula y Gomes, los aspirantes a suceder a Fernando Henrique Cardoso –José Serra por el oficialista Partido Social Democracia Brasileña (PSDB), con un 13 por ciento de intención de voto, y el ex gobernador de Río de Janeiro, An-thony Garotinho (12 por ciento), por el Partido Socialista Brasileño (PSB)– se reunieron separadamente el lunes pasado con Cardoso. Los cuatro se comprometieron a respetar los compromisos con el FMI, que concedió créditos por 30.000 millones de dólares para los próximos 15 meses, de los cuales 24.000 millones serán desembolsados a partir del 2003 durante el nuevo gobierno.