En una supuesta guerra con Venezuela y Ecuador, Colombia lleva las de ganar. Su ejército es el segundo más grande y mejor financiado de América latina, después del brasileño. En dimensión, el ejército venezolano está 8 a 1 abajo y el ecuatoriano 11 a 1. Además, mientras los soldados de los países vecinos entrenan en aulas y con simulacros, los colombianos combaten hace más de 40 años en la selva. Esta experiencia, sostiene el coronel retirado y estratega brasileño Geraldo Cavagnari, es lo que asegurará la superioridad de las fuerzas de Bogotá con respecto a sus vecinos, especialmente Venezuela.

“Venezuela está comprando tecnología militar, pero sus fuerzas armadas todavía tienen lo que llamamos baja operacionalidad”, explicó a este diario el analista militar. En otras palabras, el gobierno de Hugo Chávez ha gastado miles de millones de dólares en los últimos cuatro años en submarinos, helicópteros, fusiles y defensa antiaérea, pero todavía no ha explotado toda su capacidad. Por ejemplo, de la tan publicitada compra de 24 aviones rusos de caza Sujoi el año pasado, Caracas sólo ha recibido 12, y sus pilotos recién están empezando a familiarizarse con ellos ahora.

Según el analista del Centro Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) Fabián Calle, desde 2004 Venezuela está comprando armamento de última tecnología, incluso mejor que el colombiano. Las fuerzas armadas bolivarianas tienen hoy una flota de más de 100 helicópteros, la más importante de América latina. Este tipo de nave es perfecta para patrullar y movilizar rápidamente soldados en las zonas selváticas, como la frontera con Colombia. “Si estalla una guerra, allí es donde se empezará a pelear”, señaló Calle. “Y dentro de la selva no importa quién tenga más y mejores aviones y radares; los combates serán cuerpo a cuerpo”, agregó.

Ecuador también tiene una buena flota de helicópteros. En 2005, el gobierno ecuatoriano puso en marcha el Plan Ecuador, una iniciativa militar, económica y política para fortalecer y desarrollar la frontera norte, es decir, la lindante con Colombia. Según explicó el coronel retirado del ejército ecuatoriano Luis Hernández, desde entonces entre siete mil y diez mil soldados patrullan permanentemente los 640 kilómetros que separan a los dos países.

Sin embargo, para Hernández no hay escenario de conflicto posible en Ecuador. “La única opción que tenemos es permanecer en nuestro territorio y estar en condiciones para repeler cualquier intrusión”, explicó. Las fuerzas armadas de su país no se han modernizado desde la guerra con Perú en 1995. “Allí dieron una sorpresa”, rescató Calle. Sin embargo, Perú no es Colombia, y Perú no tenía detrás suyo a la mayor potencia mundial.

Cuando las trompetas de guerra empiezan a sonar, los presidentes corren a desempolvar esas improbables y muchas veces locas hipótesis de conflicto que escriben los militares en tiempos de paz. Pero esta vez, según los analistas consultados, ninguno de los tres países puede darse el lujo de librar una guerra. En el caso ecuatoriano la razón es obvia: la capacidad militar de Colombia es muy superior. Para Colombia y Venezuela el problema es que ambos tienen un frente interno abierto. En el caso de Caracas se trata de la polarización política que divide al país y en el colombiano, el conflicto no resuelto con las FARC.