La presidenta Cristina Kirchner podría encontrarse en una reunión bilateral con su colega colombiano, Alvaro Uribe, durante la Cumbre de Río que se realizará el viernes en República Dominicana. El canciller Jorge Taiana realizó ayer gestiones en ese sentido con su par de Colombia, Fernando Araujo, aunque hasta anoche no había trascendido si el acuerdo para el encuentro estaba totalmente sellado.

La posición de la Argentina frente al conflicto que enfrenta a Colombia con Ecuador y Venezuela es de condena a la incursión colombiana en territorio ecuatoriano, en la que fue asesinado el segundo de las FARC, Raúl Reyes. Para el gobierno argentino “nada justifica” una intromisión en la soberanía de otro país, pero explican que eso no contradice la decisión de ayudar a que la resolución sea pacífica.

La Presidenta “hará todos los esfuerzos necesarios” para contribuir a bajar la tensión en la región, según aseguró una alta fuente del Gobierno a Página/12. Eso es lo que le ofrecerá la jefa de Estado a Uribe, como ya lo hizo telefónicamente el lunes por la noche. La misma propuesta –además de trasmitirle su solidaridad– le hizo esa misma noche al presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Cristina Kirchner se pronunció ayer públicamente sobre el conflicto. Fue en el acto en el que Hugo Moyano festejó sus 20 años al frente de los camioneros (ver páginas 8/9). “Quiero convocar a toda la región latinoamericana al compromiso con la paz y con la liberación de Ingrid Betancourt”, expresó.

Más allá de este posible encuentro con Uribe, la Presidenta seguirá actuando en sintonía con sus pares de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula Da Silva y Michelle Bachelet. Es probable que individualmente o en conjunto, los tres también mantengan encuentros con Correa y el venezolano Hugo Chávez, autoinvolucrado en el conflicto.

Con Chávez, Cristina Kirchner se verá mañana en Caracas. Además de firmar los convenios –básicamente de intercambio de fuel oil por know how agropecuario– hablarán de la caliente situación en la región. El carácter que tomó su viaje cambió por completo a partir de la entrada de Colombia en Ecuador sin permiso. La muestra es que sumó a su agenda una reunión con la madre de Ingrid Betancourt, Yolanda Pulecio, y la senadora colombiana Piedad Córdoba.

Después de un paso por Haití el jueves a la tarde, la Presidenta seguirá viaje a Santo Domingo para la Cumbre de Río, de la que el gobierno argentino espera resultados más satisfactorios que los obtenidos en la reunión de ayer en la OEA. Se sabía que era difícil que la OEA produjera una condena, porque la mayoría de los 34 países miembro se alinea o al menos evita tener discrepancias en temas graves con Estados Unidos. De todos modos una decisión de este tipo debía tomarse por consenso, por lo cual alcanzaba con la oposición de la propia Colombia.

“Hay algo peor que haberse metido en territorio ecuatoriano. Y es el argumento que dio Colombia, más allá de las disculpas. Se basa en la tesis del ataque preventivo, con el que no acordamos de ninguna manera”, señaló una fuente de la Cancillería a Página/12.