Lunes, 21 de abril de 2008 | Hoy
EL MUNDO › UNA RECORRIDA POR LOS BARRIOS DE ASUNCIóN EN DíA DE ELECCIONES
Están los que optaron por Lugo por estar hartos de los colorados. Y los que lo votaron para que no haya más corrupción. Están los que eligieron a Ovelar porque siempre fueron oficialistas. Y hasta el que dice que Oviedo mejoraría la situación de los campesinos.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Asunción
Asunción, esta ciudad que fue fuente inspiradora de novelas de Graham Greene y Voltaire, interrumpió la parsimonia del domingo. Del barrio popular de Lambaré hasta las zonas más residenciales la gente salió a votar desde muy temprano en un día de sol y temperatura tropical.
En Lambaré, Fernando Lugo juega de local. Vive en una de las casas bajas de tejas, algunas más precarias de chapa y cemento, construidas en calles de adoquines y tierra color ladrillo. Unas señoras vecinas están paradas en las puertas de sus viviendas a media cuadra de la escuelita donde se vota. “Ya voté a Lugo, lo hice por mis hijos universitarios. Yo soy humilde pero siempre me ocupé de que estudiaran. Estoy harta de los colorados”, dice Ana Estigabirria.
–Yo en cambio crucé el voto. Elegí al sacerdote como presidente y a Patria Querida (de Fadul, derecha) para el Senado –dice Norma Bonzi, que es maestra de grado, y agrega–: no quiero más transas ni prebendas y sí quiero que un gobierno dé posibilidades para todos.
San Pablo es un barrio popular. Antes se llamaba Barrio Stroessner, hasta que fue derrocado el dictador. Aquí el voto colorado es tradicional, esta vez dividido entre Ovelar y Lino Oviedo. Ricardo, de 32 años, con una remera de rockero y jean dice que votó a Ovelar “porque el gobierno de Duarte Frutos me gustó”. Afuera del colegio público, Rosalino Chamorro dijo que estuvo a punto de votar a Lugo, pero que se decidió por la lista de Blanca. “Igual, creo que gana el obispo”, dice este jubilado con grandes ademanes.
Valerio se acerca solo y pregunta de dónde es esta cronista. ¿Por quién votó?
–Por Lino, claro. Porque va a mejorar la situación de los campesinos.
El Barrio Obrero está en el margen del centro de Asunción. Aquí la gente trabajadora comenzó a llegar de las zonas rurales. Fernando, de 34 años, dice que votó a Lugo “porque estuvo con la gente pobre”. Este instructor de artes marciales quiere que sus tres hijos tengan una mejor educación y otro país. Laura, una estudiante universitaria, sale de votar y dice que eligió al candidato de la Alianza “porque estoy harta de los colorados”.
En el otro extremo de la capital, Manora es un barrio residencial, con grandes quintas, un shopping, negocios de marcas y muchas 4x4. Ironía de la historia paraguaya, allí se mandaba a la gente a morir durante la dictadura. Una chica embarazada sale de uno de los centros de votación, el colegio Americano. “Voté por el cambio político y social, para que no haya más corrupción”, sin saber que será la rareza de la zona. Acá en Manora hay familias históricas coloradas. Como César, un señor de traje que lleva un anillo importante en su mano derecha. “Soy empresario, soy democrático por eso voto a Blanca Ovelar.” Una señora muy paqueta pasa a su lado. “Soy colorada hasta la muerte”, dice sin pestañear Isabel Caballero.
“Porque es una mujer, sospecho que va a atender las necesidades del pueblo”, dice a esta cronista Carmen Morel, vestida con una blusa de leopardo y anteojos de sol modernos que se ajusta a causa del sudor en su nariz. Se sienten los 28 grados. Carmen no registra que está entrando al colegio Pedro Fadul, candidato de la derecha que tenía pocas chances de ganar. Fadul ya se presento en los comicios del 2003. Con un bronceado generoso, el candidato empresario saludó a la prensa y se apuró a ir a su mesa.
En el barrio contiguo, Carmelita, vive la clase media alta. En una de las casas residenciales vivió uno de los hijos de Stroessner. Afuera del Colegio Alemán, Eladio Gómez, de 55 años, afirma que Ovelar es una mentalidad nueva.
–¿Por qué, si representa a un partido que hace décadas está en el poder?
–Yo creo que sería buenísimo tener una mujer presidenta.
Carmen y Odulia salen del colegio muy animadas. Carmen es peluquera y Odulia empleada, parecen outsiders en este lugar. “Voté a Lugo, porque es un padre y soy muy catolica”, dice Carmen con una sonrisa. Odulia agrega: “Yo creo que va a pensar en los pobres”.
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