- Reducir la pobreza. El modelo económico es excluyente y concentrador de la riqueza. Aumenta el crecimiento para solamente un número reducido que pertenece al sector agroexportador de soja y carne. Y al mismo tiempo, crece la pobreza: un 35 por ciento de la población es pobre y un 19,6 es pobre extremo. Mueren 10 niños por día. El desempleo es del 11 por ciento Los jóvenes que no consiguen trabajo emigran a Argentina, EE.UU. y España.

- Renegociar tarifas con Brasil. Fernando Lugo introdujo el tema en la campaña al hablar de renegociación del contrato con la hidroeléctrica Itaipú. Asunción reclama que Brasilia le pague un precio justo por la energía –el precio que recibe es mucho menor que el del mercado–, pero este último alega que el tratado debe ser cumplido. Sin embargo, es un tratado que fue firmado por las dictaduras de ambos países.

- Renegociar acuerdos con el Mercosur. Paraguay pide mayor simetría de crecimiento e integración entre todos los países del bloque. Los analistas señalan que Paraguay queda preso de los precios de Brasil y Argentina, y que antes de ingresar era una economía libre de aranceles.

- Disminuir la dependencia excesiva de la soja. Paraguay es el sexto productor mundial de soja, pero esa producción esta concentrada y produce desplazamientos de campesinos a las ciudades.

- Acabar con la corrupción. La impunidad ha sido una moneda corriente por décadas de dominio colorado y se hace indispensable una reforma judicial. Una de las últimas acusaciones contra el gobierno saliente fue que no se sabía adonde iban los fondos sociales de las hidroeléctricas y los gastos reservados, entre ellos, los de la presidencia.

- Combatir el contrabando. Todos los gobiernos prometen acabar con el contrabando, pero en la realidad Paraguay vive de él, especialmente en Ciudad del Este.