José “Pepe” Mujica cambió de opinión. Después de sostener durante años una postura contraria a los movimientos políticos revisionistas, el senador oficialista y ex tupamaro sumó su firma a la campaña para anular la Ley de Caducidad. Su decisión, inesperada, se enfrenta a la postura del presidente Tabaré Vázquez, que rechaza la iniciativa porque considera que va en contra del programa de gobierno que lo llevó al poder en 2005.

Según dirigentes del Frente Amplio y algunos analistas independientes, la decisión de Mujica es parte de su estrategia de campaña, con la que busca alcanzar la presidencia en las elecciones de 2009. El desafío al liderazgo de Tabaré Vázquez llega justo en un momento en que el mandatario se inclina a favorecer, en el seno del Frente Amplio, la eventual candidatura presidencial del ministro de Economía, Danilo Astori.

Mujica firmó los papeles de adhesión a la propuesta el lunes, dos días antes del paro general. La anulación de la ley que amparó a los miembros de las fuerzas de seguridad que violaron los derechos humanos durante la última dictadura fue parte de las demandas de los trabajadores. La campaña de firmas impulsa un plebiscito –que se realizaría en simultáneo a las elecciones nacionales de noviembre del próximo año– para lograr una enmienda en la Carta Magna que anule los efectos de aquella ley. Para convocar una consulta constitucional hacen falta las firmas del 10 por ciento del electorado.

Según explicó el senador del Frente Amplio, lo que lo llevó a cambiar de opinión fue el malestar que le produjeron las citaciones a declarar de distintos juzgados penales, por acusaciones de grupos de derecha sobre crímenes de la guerrilla que Mujica integró entre los años ’60 y ’70.

Hasta el lunes, Mujica subrayaba la importancia de mirar hacia el futuro en vez de examinar críticamente el pasado. De hecho, la Ley de Caducidad ya había sido impugnada por la izquierda, en los ’80, pero la ciudadanía la ratificó en un referéndum en 1989, con el visto bueno del senador.