Obama confirmó que el tema migratorio con México está al final de su lista de prioridades. Primero están las urgencias domésticas: la reforma en materia de salud y después la energética y financiera. Será hasta el próximo año cuando se inicie el debate en la reforma migratoria, confirmó ayer el mandatario estadounidense. Sin demasiado énfasis, Obama anunció que en diciembre próximo podría estar en posibilidad de presentar un proyecto en materia de reforma migratoria porque el sistema en este campo en su país prácticamente “está roto”. Más allá de los tiempos en que se pudiera presentar e implementar, dijo que presentará esa iniciativa sin importar los márgenes de popularidad que pudiera tener en el momento en que se encuentre lista, y previó críticas de la oposición en su país.

Calderón dijo que el flujo migratorio no se puede detener por decreto y que el problema sólo se resolverá cuando exista una mayor integración económica entre los dos países. Obama reconoció la complementariedad de ambas economías, que muchos mexicanos seguirán cruzando la frontera y que si no se logra un acuerdo en Estados Unidos en esta materia, los salarios en su país podrían caer, arrastrados por la explotación y el bajo costo de la mano de obra de los migrantes. Las personas que viven en las sombras en Estados Unidos tienen que salir y ser respetados sus derechos, dijo Obama.