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Por cuarto día consecutivo, aviones estadounidenses y británicos atacaron ayer las baterías de defensa antiaérea iraquíes en la zona de “exclusión aérea” del sur de Irak, según un comunicado del Comando Central del ejército norteamericano. Los militares iraquíes no confirmaron si las bombas de los aliados causaron víctimas entre la población civil. El Comando indicó que sus aviones de combate también tiraron sobre el territorio iraquí miles de panfletos escritos en árabe. Los panfletos, que el ejército norteamericano imprime a bordo de los barcos de guerra que tiene en el Golfo, instan a los mandos militares y a la población civil a desertar y rebelarse contra Saddam. Según informes de inteligencia citados por la CNN, los iraquíes pusieron explosivos en los campos petroleros del norte de Irak y podrían incendiarlos si Estados Unidos invade el país.
Mientras, el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, ordenó que sólo el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, y el de Relaciones Exteriores, Silvan Shalom, podrán pronunciarse sobre la crisis iraquí. Sharon prohibió al resto de su gabinete y a altos mandos de seguridad que den entrevistas sobre esta cuestión, después de que el domingo algunos medios israelíes informaron que Estados Unidos no va a avisar a Israel antes de atacar Irak. Según la prensa israelí, esto se debería al miedo del gobierno estadounidense a que la información sobre un ataque inminente se filtre al exterior desde el ejército israelí. Pero, ayer, la embajada estadounidense en Israel dijo que esta información “no tiene base”.