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Alexis Tsipras, quien acapara las miradas de toda Europa por sus grandes chances de ganar las elecciones del domingo en Grecia, prometió elevar el impuesto a las corporaciones y ratificó que denunciará los acuerdos crediticios de su país porque los ajustes que los acompañan son catastróficos para el pueblo. El líder de Syriza, partido que fue la sensación en las elecciones del 6 de mayo, dijo que en caso de llegar al gobierno mantendrá su promesa de rescindir unilateralmente los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Europa, ya que las medidas de austeridad adoptadas a cambio del dinero están llevando a su país al colapso. “Si Syriza forma gobierno recapitalizaremos con rapidez los bancos con acciones comunes con derecho a voto”, adelantó Tsipras, y bautizó esa medida como socialización del sistema bancario.

A su vez, Tsipras afirmó que los bancos quedarán bajo el control público y social para que los depositantes griegos estén a salvo. Y advirtió que si llega al poder introducirá una escala progresiva de gravámenes a las utilidades de las corporaciones, que aumentará la carga impositiva de las empresas que tienen mayores ganancias. Sin embargo, el líder de Syriza rechazó temores de un colapso de las inversiones en Grecia si toma las riendas del endeudado país. Actualmente, el impuesto a la renta es del 20 por ciento. El líder griego y su partido sorprendieron a propios y extraños en los últimos comicios, donde el 70 por ciento de los griegos votó a fuerzas antiajuste y castigó al Partido Socialista Panhelénico (Pasok) y al conservador y también proajuste Nueva Democracia (ND). Las elecciones deben repetirse este fin de semana porque ninguna agrupación sacó suficientes votos como para gobernar en soledad y las conversaciones interpartidarias para formar gobierno fracasaron. Grecia tiene una forma de gobierno parlamentaria, donde gobierna aquel partido o alianza de partidos que logra una mayoría de las bancas del Parlamento. Los votantes eligen una lista de diputados, encabezada por el dirigente que se supone será primer ministro si su partido logra la mayoría.

En caso de que Atenas reniegue de sus compromisos de imponer más ajustes y reformar su economía, el FMI y los restantes 16 países de la Eurozona que le prestaron dinero podrían interrumpir la asistencia financiera, lo que sin dudas empujaría al país heleno hacia el default. Los partidos proajuste griegos afirman –y muchos funcionarios europeos insinúan por lo bajo– que, ante ese escenario, Atenas se verá forzada a dejar el euro y a regresar a un muy devaluado dracma, su antigua moneda, algo que tendría serias consecuencias para los ciudadanos de a pie, según los que sostienen esta visión.

Ante una eventual salida de Grecia del euro, Bruselas tiene previsto un plan de contingencia que no descarta limitar el retiro de efectivo de los cajeros automáticos, la imposición de controles bancarios y la posibilidad de suspender el acuerdo de Schengen, que permite la libre circulación de personas en la Unión Europea. Tsipras dijo ayer que espera convencer a los líderes europeos de que una salida de Grecia del euro pondrá en riesgo la misma existencia de la unión monetaria europea. “Si uno de los 17 países es arrastrado al colapso, el fuego se volverá inextinguible y no se limitará a Grecia y a los países del sur de Europa”, señaló el c andidato de la izquierda radical.