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Miles de estudiantes iraníes volvieron a manifestarse ayer por quinto día consecutivo contra la privatización de las universidades de ese país. Pese a que anteayer un grupo de milicianos aliado al ala dura del régimen iraní atacó con cuchillos y cadenas a centenares de manifestantes y mató a uno, ayer hubo una nueva marcha cerca del principal campus universitario de Teherán. Para George W. Bush, estas manifestaciones son “el principio de un Irán libre”, según dijo ayer en Maine, Estados Unidos. Pero para Teherán “el apoyo de Washington a esas manifestaciones constituye un flagrante ejemplo de su injerencia en los asuntos internos iraníes”, según declaró ayer el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Hamid Reza Assefi. Y también denunció presiones de Estados Unidos sobre la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIAIEA).
El sábado, la Casa Blanca había denunciado la represión de los estudiantes y exhortado al gobierno iraní a proteger los derechos de los manifestantes. “El tratamiento selectivo se convirtió en una característica de la política norteamericana: consideran que las manifestaciones masivas en los países occidentales son una muestra de democracia”, denunció el vocero. “Pero dicen que en Teherán hay manifestaciones limitadas para reclamar la democracia”, agregó.
Irán tiene un importante programa nuclear y, para Washington, es el principal patrocinador del terrorismo.
Mientras, más de 200 opositores al ayatola Alí Jamenei publicaron ayer una carta abierta contra su gobierno. “Ejercen sus cargos como un poder divino y absoluto inspirando miedo en la gente, lo que es una herejía frente a Dios”, dijeron las 248 personalidades que firmaron la carta, entre las que figuran religiosos reformistas, miembros de la oposición liberal, intelectuales, periodistas y representantes estudiantiles. “El pueblo tiene derecho a supervisar la acción de sus dirigentes, asesorarlos, criticarlos, obligarlos a renunciar o expulsarlos si están descontentos con ellos”, declararon.