Jueves, 20 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › ANTES DE CADA PARTIDO LOS MANIFESTANTES APROVECHAN LA ATENCIóN MEDIáTICA
La policía reprimió ayer una manifestación de unas 15 mil personas, pocas horas antes del inicio del partido entre Brasil y México, en la ciudad de Fortaleza por la Copa de las Confederaciones. La policía del estado Ceará, donde se encuentra localizada la ciudad, informó que los agentes dispararon balas de goma, gas lacrimógeno y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, que habían superado violentamente un control policial en una calle por la cual se accede al estadio Arena Castelao.
Los manifestantes, que protestan contra la organización del Mundial de Fútbol del año próximo, se sumaron a la ola de protestas que se ha instalado en Brasil por varios motivos, pero que se originó en un reclamo contra el ajuste del precio del transporte público. Varios manifestantes lanzaron piedras y palos contra los policías y cantaron consignas contra las remociones de familias pobres de sus casas, la exclusión social y la especulación inmobiliaria y su descontento con la clase dirigente (foto).
Ceará es un estado gobernado por Cid Gomes, del Partido Socialista Brasileño (PSB), aliado del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. El último domingo hubo también protestas antes de un partido de la Copa de Confederaciones. En esa oportunidad, unas mil personas se enfrentaron con policías en las inmediaciones del estadio Maracaná, en Río de Janeiro, donde jugaron los seleccionados de México e Italia.
Por otra parte, el gobierno de Brasil anunció ayer que desplegará la Fuerza Nacional, un cuerpo de élite de la policía, para garantizar la seguridad en cinco ciudades en las que se celebra la Copa Confederaciones de fútbol. Esta fuerza tendrá presencia en Río de Janeiro, Bahía, Minas Gerais, Ceará y Brasilia, con el propósito de evitar desbordes en las manifestaciones que puedan poner en peligro el desarrollo del torneo.
El entrenador brasileño Luiz Felipe Scolari y varios jugadores de la selección manifestaron su apoyo a cualquier manifestación pacífica por un país mejor. “La selección es del pueblo, somos del pueblo”, aseguró Scolari, que desde que asumió la selección a finales del año pasado, busca reconquistar la confianza de su hinchada, perdida en el mal desempeño del equipo. Los jugadores Daniel Alves, David Luiz y Hulk, de la selección brasileña, expresaron su apoyo a las protestas. “Vemos esas manifestaciones y sabemos que tienen toda la razón, que lo que hablan y dicen tiene total sentido”, dijo Hulk, el atacante del Zenith ruso.
Las manifestaciones, iniciadas el pasado 3 de junio en San Pablo en contra del aumento del pasaje del transporte público, adquirieron fuerza hasta extenderse por principales municipios de varios estados, sumando a su paso otros reclamos. El martes hubo concentraciones en una veintena de municipios y en seis ciudades –Recife, Joao Pessoa, Porto Alegre, Cuiabá, Blumenau y Montes Claros– se anunció la baja en el precio del boleto.
Las protestas podrían afectar los partidos de la Copa ese día, cuando se enfrenten en el Maracaná de Río España y Tahití, y en Salvador, Nigeria y Uruguay. “Brasil nos pidió ser sede de la Copa. Nosotros no se lo impusimos”, dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, citado el martes por el diario O Globo y que fue abucheado junto a Dilma Rousseff el sábado pasado, al inaugurar la Copa Confederaciones en Brasilia.
La situación ocupó la atención del gobierno federal, que llamó a las autoridades de todas las instancias a escuchar el mensaje de la gente por una mejor educación, salud y transporte público, y contra la corrupción.
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