La mayor operación contra el terrorismo de la historia de Australia se frustró ayer. Era un complot para secuestrar y decapitar a la gente al azar en Sydney, en nombre del Estado Islámico (EI). Se llevaron a cabo redadas antes del amanecer en 25 viviendas en Sydney y se detuvo a 15 personas. Un hombre, de 22 años, Omarjan Azari, compareció ante un tribunal acusado de conspirar junto con un alto miembro del EI en el Medio Oriente, Mohammad Ali Baryalei, un ciudadano australiano, para llevar a cabo las ejecuciones. La semana pasada, el gobierno elevó el nivel de alerta de terrorismo a alto, citando la amenaza planteada por los australianos radicalizados que regresan a casa después de luchar con los grupos extremistas en Irak y Siria. En los suburbios del oeste de Sydney, hogar de muchas comunidades musulmanas, las familias despertaron a las 4 de la mañana ayer por el ruido de los helicópteros y policías con megáfonos ordenando a los sospechosos a que salieran de sus hogares. El tribunal de Sydney dijo que Azari se había preparado para cometer un acto terrorista que incluía “la selección aleatoria de personas para ejecutarlas en forma horrible”.