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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, condenó “inequívocamente” ayer el ataque suicida en la ciudad israelí de Haifa que dejó al menos 19 muertos, incluyendo a la atacante. “Condeno inequívocamente este cruel acto de terrorismo”, dijo Bush en un comunicado. “Esta acción asesina, que apuntaba a familias reunidas para disfrutar de un almuerzo de Shabat” es un “ataque despreciable” que “subraya una vez más la responsabilidad de las autoridades palestinas en combatir el terrorismo”. Agregó que ese tipo de acciones “sigue siendo el mayor obstáculo para lograr la visión de dos estados viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad”. El nuevo gabinete palestino “debe dedicarse a desmantelar la infraestructura del terror y prevenir el tipo de acciones asesinas que hemos visto hoy”, dijo Bush. “El pueblo estadounidense se me une para expresar nuestras condolencias al primer ministro (Ariel) Sharon y a todo el pueblo de Israel, y en reiterar nuestra dedicación común a la causa de combatir el terrorismo”, concluye el mensaje. A su vez, el secretario de Estado Colin Powell telefoneó al canciller israelí Silvan Shalom “para expresarle nuestra fuerte condena al terrible ataque de Haifa y para brindarles nuestras más profundas condolencias a Israel y al pueblo israelí”, declaró la portavoz del Departamento Joanne Moore. El atentado también generó una fuerte condena por parte del Consejo de Relaciones Islámico-estadounidense (CAIR, por sus siglas en inglés), un grupo de abogados y defensores de los derechos civiles islámicos con base en Washington, habitualmente solidario con las causas árabes.