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En silencio, sin gruñidos ni ladridos, pero con cara de mejor amigo del hombre, regresó ayer al país el ex jefe de la Policía Federal Roberto Giacomino, quien salió de Ezeiza por una puerta lateral para eludir la presencia de la prensa. En el largo viaje desde Francia, donde estaba participando de un Congreso de la Interpol, organismo al que casi se tiene que pedir su detención, Giacomino vino mascullando un duro discurso contra el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Beliz, quien en ausencia del jefe talado siguió haciendo leña: “Hay sospechas de expedientes mellizos para contrataciones directas que podrían llegar a los ocho millones de pesos”, confirmó el funcionario. Voceros de la Federal confiaron a Página/12 que en la fuerza “hay sorpresa y congoja, porque Giacomino era un jefe muy respetado; su sucesión va a ser dolorosa y muchos jefes podrían pedir su pase a retiro”. Mientras tanto, la empresa Peugeot, en un comunicado, desmintió que la firma haya participado de una contratación directa para la compra de patrulleros. La supuesta irregularidad, adjudicada también a la gestión Giacomino, había sido denunciada por el empresario Daniel Eduardo Meller (ver aparte).
En su largo regreso sin gloria y sin cargo, Giacomino juntó mucho lastre por el despido con causa y por la forma en que su nombre fue mancillado en ausencia. “Lo que él sostiene es que las normas internas de la Federal (su Ley Orgánica, muchas veces cuestionada por ir a contramano de la legislación general) autorizaban un contrato como la compra de equipos informáticos para el Hospital Churruca”, por un monto total de dos millones de pesos. ¿Y no es extraña una adjudicación en familia? La pregunta de este diario no obtuvo respuesta concreta de los voceros policiales. “Hay que esperar a la Justicia. El problema no es la acusación en sí, que tiene que definirse en otro fuero. Lo malo es la forma en que echaron a un hombre que el propio poder político había apoyado y mantenido en el cargo. Podrían haber esperado su regreso.” El vocero dijo expresar “lo que siente hoy la oficialidad que respeta a Giacomino”.
Desde el alejamiento de Adrián Pelacchi, la Federal no tenía un jefe tan carismático y, sobre todo, con tanto respaldo a nivel interno. “Estamos en medio de una gran incertidumbre porque no sabemos si va a seguir el comisario (Eduardo) Prados y esto genera mucha inquietud.” Sobre la posibilidad de que Prados se niegue a asumir el cargo, en caso de ser designado, en un gesto de solidaridad con Giacomino, las fuentes dijeron que la Federal “quiere que todo se solucione en el marco del derecho y sujetándose a lo que disponga el poder político”.
Giacomino fue obligado a regresar de urgencia al país y llegó ayer, a las 16.40, luego de participar en Lyon de una reunión de la Interpol. Como si fuera un signo del momento por el que está atravesando, Giacomino bajó del avión procedente de la escala en Madrid y se retiró sin saludar, por una puerta trasera. De inmediato subió a un coche que lo estaba esperando y que tenía los vidrios polarizados. En Buenos Aires, ayer por la mañana, el ministro Beliz anunció que habrá más despidos en la Federal y hay versiones que indican que pasarían a retiro a toda la cúpula.
Beliz anunció que habrá una “reestructuración” de cargos y funciones que “no sólo comprende a comisarios generales”, sino también al “personal inferior que está involucrado en irregularidades”. Insistió en advertir que el Gobierno “no va a tolerar” ningún atisbo de corrupción. El ministro Beliz, el mismo que había avalado la continuidad de Giacomino, dijo que el Gobierno tomó conocimiento de nuevas denuncias por casos de corrupción en la fuerza que rondarían “un monto cercano a los 8 millones de pesos”. En ese sentido reveló que existe “una severa sospecha” sobre la presencia de “expedientes mellizos en todo este tipo de contrataciones”.
Para Beliz, se trata de “cuestiones muy graves que de ninguna manera vamos a tolerar, porque tienen que aclararse no sólo de cara a la sociedad, sino de la Policía que tiene gente que está muy indignada poresta situación”. El tema también fue abordado por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien remarcó la posición del Gobierno. “Un policía corrupto no puede manejar bien el tema de la seguridad, así como un juez corrupto no puede impartir justicia.” Por esto interpretó que es “muy importante desarrollar una acción muy decidida para terminar con este tipo de cosas” que generan “indignación e impotencia”.
Fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad confirmaron que se abrieron investigaciones en distintas áreas de la Policía Federal ante la sospecha de que existirían otras supuestas irregularidades. El propio Beliz admitió que eso está ocurriendo, pero dijo que se trata de algunos casos que habrían ocurrido “en anteriores gestiones”. Los involucrados serían “comisarios ya retirados” que actuaron durante el mandato del ex jefe comisario Rubén Santos, quien también estuvo involucrado en algunos casos de presunta corrupción y que finalmente tuvo que irse por las muertes ocurridas el 19 y el 20 de diciembre de 2001.
Beliz admitió que a partir de “varias investigaciones en curso nos estamos encontrando con una serie de irregularidades en relación al manejo de expedientes del mes de abril y de mayo que no nos dejan de sorprender”. Esas presuntas irregularidades “tienen que ver con empresas vinculadas con contrataciones que de repente pasan de 8 a 2 millones de pesos con una serie de puntos oscuros muy importantes”. El personal retirado, dijo Beliz, “tendrá que rendir cuentas con la Justicia”.