Desde el mediodía, cientos de personas comenzaron a concentrarse frente a la Embajada de Francia en Buenos Aires con banderas tricolores y carteles de repudio al ataque terrorista contra la redacción de Charlie Hebdo. Más de mil manifestantes se sumaron así en Buenos Aires a las marchas que, de manera simultánea, se realizaban en París y otras ciudades del mundo. El embajador francés en la Argentina, Jean Michel Casa, dijo esperar “que este tipo de ataques no sucedan nunca más en ningún país”, y pidió “silencio y reflexión” para pensar en la masacre.

Llevaba un lápiz en el bolsillo de su saco, en homenaje a los humoristas asesinados. “Es muy importante permitir a Charlie Hebdo continuar su publicación, ya que hay voluntad de la redacción de seguir, y también porque habrá apoyo financiero del gobierno”, adelantó.

También valoró las multitudinarias marchas que repudiaron los crímenes. “El asesinato de periodistas y judíos fue un intento de matar la libertad. Pero el mundo está unido contra estos locos que son una minoría, que no representan a nadie, y sobre todo que no representan a un dios en el nombre del cual intentan expresarse.”

En la puerta de la embajada, los manifestantes cantaron La Marsellesa y el Himno argentino y realizaron largos aplausos en homenaje a las víctimas del ataque. Muchos habían llevado carteles con frases como “Je suis Charlie” y tapas emblemáticas de la revista.

“Je suis Charlie, je suis flic, je suis juif” (Soy Charlie, soy policía, soy judío), decía una de las pancartas. En otra se leía “Tous unis” (Todos unidos).

De la convocatoria participaron dirigentes políticos, como los diputados Ricardo Alfonsín y Gerardo Milman; el titular del radicalismo, Ernesto Sanz; la legisladora aliada del PRO, Patricia Bullrich; el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; y el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, entre muchos otros. También estuvieron el fundador de la Red Solidaria, Juan Carr; el embajador de Alemania en Argentina, Bernhard Graf von Waldersee; y el presidente de la DAIA, Julio Schlosser.

No hubo oradores, y los convocados colocaron lápices y flores entre los barrotes de las rejas de la sede diplomática de Cerrito al 1300.

El de ayer fue el segundo acto frente a la embajada, ya que el miércoles, un día después del ataque, cientos de personas se reunieron allí espontáneamente.

Tras la concentración, y a través de las redes sociales, Alfonsín se manifestó contra “todos los fundamentalismos: religiosos, políticos, ideológicos, culturales” y “contra la irracionalidad y la barbarie”. El diputado criticó además al gobierno nacional: “Aturde el silencio oficial. A la barbarie se la debe condenar enérgicamente, venga de donde venga”, escribió en su cuenta de Twitter. Milman llamó a participar en la marcha y se sumó a la consigna “Je suis Charlie”.

A su vez, el presidente de la DAIA dijo que “no existe ninguna religión que ampare ni que hable de matar civiles inocentes”, y agregó: “Por eso estamos acá, para decir no al terrorismo, no a la discriminación y no a la ignorancia de los principios fundamentales de la vida humana”. Schlosser también hizo una referencia a la Argentina, y sostuvo que “quienes vivimos en este país queremos trabajar en paz con todas las comunidades y poder circular tranquilos por nuestras calles, sin pensar que si entramos a un supermercado vamos a encontrar la muerte”.

Carr apuntó que se sumó al acto para manifestar su dolor “y estar, aunque sea a lo lejos, acompañando a las víctimas y sus familiares”.

Entre los congregados había mayoría de argentinos, pero también algunos franceses. Elisa, una residente francesa en nuestro país, contó que “una de las razones por las que hace cuatro meses vivo en Argentina es que en Francia tenemos miedo, porque allá se vive en tensión permanente entre las distintas comunidades religiosas”.

Para continuar con los actos en repudio al ataque terrorista, hoy a las 19 se realizará un encuentro en el Museo del Humor, ubicado en Avenida de los Italianos 851, en la Costanera Sur.