Francisco dijo que no representó una ofensa el crucifijo que le regaló el presidente Evo Morales durante su visita a Bolivia. En declaraciones a periodistas durante su vuelo de regreso de Asunción a Roma, donde arribó ayer, el Papa aseguró que se había llevado consigo el regalo del presidente boliviano. El obsequio en el que Cristo aparece crucificado en una hoz y un martillo, réplica de uno tallado que hizo el sacerdote jesuita español Luis Espinal, asesinado por fuerzas de ultraderecha en 1980 en La Paz, había sido criticado por algunos sectores. Luego se difundieron imágenes con mal audio del encuentro entre Morales y el pontífice en el que éste parecía responderle al recibir el regalo: “No está bien eso”. “Es curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre Luis Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días”, señaló Francisco durante el vuelo. “Cuando lo vi para mí fue una sorpresa”, agregó, aunque dijo que se podía calificar como “el género del arte de protesta”, que en algunos casos, puede ser ofensivo. “Por ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años atrás fue exhibida una muestra de un escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto. Era arte de protesta y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea”, recordó el Papa, refiriéndose, sin dar su nombre, al artista plástico León Ferrari.