A una semana de las elecciones más disputadas de la historia de España, los partidos emergentes Ciudadanos y Podemos dieron ayer una demostración de fuerza con grandes mitines en Madrid. Las encuestas sitúan al conservador Partido Popular como vencedor –Rajoy aspira a la reelección– y al candidato Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español, en segundo lugar, retrocediento en detrimento de Ciudadanos (centroderecha) y Podemos (izquierda). Albert Rivera y Pablo Iglesias querían encarar la recta final de campaña con un impulso, dándose un baño de masas con actos centrales en la capital y lo lograron. El aspirante de Ciudadanos eligió el Palacio de Vistalegre, un tradicional bastión socialista. “Es la hora de cambio, tenemos una oportunidad de oro que no podemos desaprovechar, llevamos años quejándonos de un bipartidismo decadente, de la corrupción, y llegó la hora de cambiar con un proyecto”, aseguró Rivera. Casi en simultáneo, Podemos logró reunir a unas 12.000 personas en la Caja Mágica de Madrid, donde Pablo Iglesias fue ovacionado junto a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, su compañera inseparable de campaña e imán de votos.

“Hoy más que nunca necesitamos un empuje”, decía el mensaje con el que el partido antiajuste llamó a sus simpatizantes a volcarse al acto.