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Los Reyes Magos llegaron temprano a la Casa Blanca
Por Andrew Buncombe y Rupert Cornwell *
Desde Washington
Eran poco después de las siete de la mañana en la costa este de Estados Unidos cuando el administrador civil para Irak, Paul Bremer, decía a la prensa en Bagdad: “Damas y caballeros, lo tenemos”. Los estadounidenses que a esa hora tenían los televisores prendidos se refregaron los ojos, en parte dudando de la veracidad de la captura del líder iraquí. El presidente Bush saludó la captura de Saddam Hussein como “un paso crucial en el camino de un Irak democrático”, pero advirtió que el éxito de la operación en sí misma no iba a terminar con la violencia en ese país.
Las televisoras difundían un video que mostraba la imagen reiterada de un Saddam sucio y sin afeitar que estaba siendo examinado por médicos norteamericanos. La decisión de la administración Bush de pasar esa transmisión tiene distintas explicaciones. Por un lado, será usada como una poderosa herramienta para persuadir a la escéptica población iraquí que el régimen de Saddam realmente está fuera del juego. Por otro, los funcionarios de la administración Bush esperan que esto convenza a la opinión pública estadounidense, que está preocupada por la actual situación de inseguridad en Irak, de que la política del mandatario está dando resultado.
El primer indicio público de que Saddam había sido capturado no llegó desde la Casa Blanca, el Pentágono o la Administración Bremer, sino desde la agencia de servicios de noticias en Irán, otro miembro del llamado “eje del mal” por Estados Unidos. “Saddam Hussein fue arrestado en Tikrit –agencia de noticias Irna” apareció en un nuevo flash sobre un informe dado por el líder de la Unión Patriótica del Kurdistán, Jalal Talabani.
En un mensaje desde la Casa Blanca, Bush declaró que Saddam ahora “enfrentará la Justicia que les ha negado a millones”. Y que “para los bastiones baazistas que son ampliamente responsables de la violencia actual, no habrá regreso al poder corrupto y a los privilegios que tuvieron antes”. Pero advirtió que Estados Unidos todavía va a encontrarse con “terroristas que continuarán matando a inocentes que aceptan la libertad en el corazón de Medio Oriente”. La primera palabra sobre la captura de Saddam que oyó Bush en Camp David fue en la noche del sábado de parte de su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Pero la reacción inicial del mandatario fue: “¿estás seguro?”, un acto reflejo de su temor a que se tratara de un sujeto parecido o uno de los tantos dobles del líder depuesto.
Mientras las fuerzas militares norteamericanas declaraban que fueron conducidas al lugar donde se escondía Saddam por “alguien cercano a él”, miembros de su familia sollozaban con la noticia de su captura. Y los nietos de Saddam lloraron en el exclusivo colegio privado en Jordania.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: M. L. S. M.
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