La mamá de Benjamín toma aire y señala, cuando se le pregunta si los padres manejan alguna hipótesis sobre el paradero de los estudiantes, que están seguros de que el gobierno mexicano lo sabe. “Le exigimos que nos digan dónde se los llevaron y dónde los tienen. Algunas personas nos comentaron que los vieron llegar al Batallón de Infantería 27 de Iguala. Por eso hemos ido allá, pero no nos dejaron pasar. Eso quiere decir que esconden algo”, sostiene Cristina. La primera marcha para pedir justicia fue el 30 de septiembre de 2014, en Chilpancingo. “Ese día la gente se levantó, la gente nos acompañó porque ya teníamos cuatro días sin saber nada de nuestros hijos”, reconstruye la madre. “Hasta ahora nos han acompañado, tanto a nivel nacional como internacional, y eso es muy importante para nosotros, nos da mucha fuerza, y nos hace saber que no estamos solos”, agrega la mujer.

–Están vivos. Nada indica que estén muertos. Lo sentimos como madres y padres, por eso nuestra exigencia es que regresen con vida. Le hemos dicho al gobierno mexicano que a nuestros hijos nos los presentan vivos, porque vivos se los llevaron y vivos los queremos. No podemos permitir que el gobierno mexicano nos siga pisoteando. Hay miles y miles de desaparecidos; miles de familiares que están llorando y que no saben dónde están sus seres queridos. El gobierno mexicano está acostumbrado a matar, a desaparecer y que no pase nada. Que sepa el pueblo de México que no nos rendiremos hasta saber la verdad.