EL MUNDO
• SUBNOTA › HABLA UN ARGENTINO RESIDENTE EN LOUISIANA
“Hay mucho miedo a las armas”
Wilfredo Harrington todavía no puede hacer llamados a la Argentina aunque, si se levanta temprano, a lo mejor consigue llegar a alguno de los supermercados del centro de Louisiana antes del mediodía, cuando comienzan los desabastecimientos. Hasta hace una semana presidía la casa de argentinos en Nueva Orleans; hoy vive a 120 kilómetros, como otros cientos o miles en calidad de “evacuado”, le dice a Página/12. De acuerdo con la información del consulado argentino en Houston, hasta el momento “no hay víctimas fatales” entre los argentinos. Durante los últimos días, el consulado recibió consultas sobre paraderos de unas 30 personas, “30 por ciento de las cuales ya están localizadas”, le dijo el cónsul Carlos Aparicio a Página/12.
Harrington, un arquitecto argentino con 20 años en Nueva Orleans, dejó su casa poco antes del ingreso de Katrina y pasó las siguientes tres noches buscando en vano alojamiento en alguno de los estados del norte. “Pasé todas esas noches en la camioneta, durmiendo con mi perro”, dice ahora desde la capital del estado de Louisiana donde duerme en el departamento de un ambiente de uno de sus hijos. “Lo que está pasando aquí mismo es terrible –dice el arquitecto–. De golpe, esta ciudad duplicó su población en unas pocas horas: el tráfico es terrible, no hay lugar en los hoteles, no hay lugares para alquilar, los mercados no alcanzan para abastecer a la gente y hay mucha sensación de miedo.”
Aquellos, los más pobres pordioseros de Nueva Orleans, quienes durante días fueron capturados en situaciones agónicas por las cámaras de televisión de Nueva Orleans, son parte de las masas de inundados que llegaron a Louisiana. “La gente tiene miedo a los que siguen llegando con las cosas en la espalda”, dice el arquitecto, estupefacto por el aumento de venta de armas. “Según dicen los diarios de aquí –explica–, un negocio que vendía algo así como 120 armas al día ahora está vendiendo más de mil.” A la desazón general esa sensación de pánico crece, en su opinión, avalada por las publicidades. “En la universidad les dicen a los estudiantes que no salgan solos, que salgan en grupos o que dejen los autos con las puertas cerradas.”
La situación parece más tranquila en Houston, donde se encuentra, tal vez, el mayor grupo de los argentinos evacuados. “La ayuda, en general, del gobierno federal está empezando a ser efectiva”, le dijo el cónsul Aparicio Página/12. “Se está realizando la provisión de alimentos y de agua, y empieza a poder constarse el nivel de efectividad que existe en este país.”
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