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Los otros dos grandes prófugos de la guerra civil yugoslava son el líder político serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, Ratko Mladic.
Acusados ambos de genocidio por la matanza de casi 8000 varones musulmanes en Srebrenica, en 1995, y por el sitio de Sarajevo, que costó también miles de muertos, su captura estaría más cerca que nunca. Eso parece deducirse de las declaraciones efectuadas ayer por Dragomir Andan, jefe de la policía serbo-bosnia. Desde su cuartel general en Banja Luka (BosniaHerzegovina), dijo que se habían hecho “grandes progresos en la búsqueda de Karadzic y Mladic”. Ayudados por sus fieles, sean antiguos camaradas de armas de Mladic o simpatizantes y ex espías de Karadzic, su radio de acción sería cada vez más pequeño. Según el británico David Leakey, comandante de la fuerza internacional de pacificación de la UE en Bosnia, “no se arriesgarán a salir de Bosnia-Herzegovina”. El problema es que hayan cruzado a territorio serbio o a Montenegro. Allí estarían fuera del alcance y detenerlos sería más un asunto político que militar.