EL MUNDO › UN ORGANISMO PARA MEJORAR LA IMAGEN DE EE.UU.
Crearon el Ministerio de la Verdad
Por Julian Borger
Desde Washington
La Casa Blanca establecerá una nueva oficina para tratar de salvar la declinante imagen de Estados Unidos en el exterior, se anunció ayer mientras una comisión independiente informaba que aún los aliados del país veían a Estados Unidos como “arrogante”, “hipócrita” y “abstraído en sí mismo”. En setiembre, una oficina de comunicaciones globales se hará cargo de la tarea de vender “la marca América”, en lugar del Departamento de Estado, que la Casa Blanca cree que no ha hecho su tarea efectivamente.
Ari Fleischer, el vocero de la Casa Blanca, dijo ayer que “en reconocimiento del hecho de que todos estamos involucrados en una guerra global contra el terrorismo, el presidente ve la necesidad de que la Casa Blanca tenga un rol en las comunicaciones globales”. Semanas después del 11 de setiembre, se estableció en el Departamento de Estado una oficina de diplomacia pública bajo el liderazgo de la ex ejecutiva de publicidad Charlotte Beers, pero no pudo detener la corriente de hostilidad hacia las políticas de Estados Unidos.
La escala del problema que enfrenta la nueva oficina fue ilustrada por un informe con expresiones contundentes publicado ayer por una fuerza de tareas de 35 personas sobre la imagen de Estados Unidos. La fuerza estuvo integrada por funcionarios del gobierno, ejecutivos de publicidad y de los medios comisionados por un respetable think-tank no partidario, el Consejo de Relaciones Exteriores. El informe, presentado a la Casa Blanca hace ocho semanas, miró las encuestas de opinión internacionales y concluyó que: “Alrededor del mundo, desde Europa occidental al Lejano Oriente, muchos ven a Estados Unidos como arrogante, hipócrita, absorto en sí mismo, indulgente consigo mismo y despectivo de los demás”.
David Morey, uno de los presidentes de la fuerza de trabajo, dio la bienvenida a la creación de la oficina como un “buen primer paso”. Morey, que dirige una empresa de relaciones públicas en Nueva York, DMG, dijo a este diario que Estados Unidos gastaba pocos dólares por año en la diplomacia pública, “menos de la mitad de lo que Michael Bloomberg gastó para ser electo alcalde de Nueva York”, y que los nuevos embajadores sólo recibían una hora de instrucción sobre el tema antes de ser despachados al exterior. Pero sostenía que Washington mismo hizo mucho para socavar la posición de Estados Unidos al rechazar los tratados internacionales sobre el medioambiente, la corte criminal internacional y la carrera armamentista global.
La nueva oficina se formará a partir de un Centro de Información de la Coalición, establecido con la ayuda del jefe de asesor de medios de Tony Blair, Alastair Campbell, para promover el punto de vista de Washington y Londres durante la guerra afgana. “Básicamente restauramos el orden a su casa –dijo un funcionario británico–. Los ayudamos a mirar hacia adelante para anticipar problemas que van a suceder.” Se dice que la oficina es la creación de Karen Hughes, una consejera de Bush que renunció este mes para regresar a su familia a Texas. Una ex colega dijo que ella contribuiría con “grandes ideas” pero no estaría involucrada en el trabajo día a día de la oficina.
Un ex funcionario de CIA dijo que los consejeros del presidente “no piensan que el Estado esté haciendo un buen trabajo, de manera que se van a hacer cargo. Nadie está tan impresionado con Charlotte Beers y lo que ha hecho. Ella escucha a la gente. Escuchó mucho, pero hace falta hacer más que eso.”