EL PAíS › DE ANGELI ACATó LO RESUELTO POR LAS CUATRO ENTIDADES AGROPECUARIAS Y LEVANTó EL CORTE EN GUALEGUAYCHú
“Tengo que ser orgánico”, explicó el titular de la Federación Agraria de Entre Ríos al levantar el corte más duro. Los productores se quedarán al costado de la ruta repartiendo volantes. Entre hoy y mañana empezarán las negociaciones entre las entidades y el Gobierno.
Desde Gualeguaychú
“Con todo el dolor del alma propongo que nos corramos de las rutas hasta el domingo. Pero, ojo, si no hay soluciones invito a que el 25 en Rosario hagamos del acto una gran asamblea.” La respuesta del centenar de productores presentes fue, como siempre, de apoyo unánime. Tanto, que no hizo falta votación: con un grito (como de guerra) alcanzó. Así, con reticencias y reparos, desde el mediático corte de Gualeguaychú el duro de Alfredo De Angeli anunciaba el acatamiento de lo resuelto el lunes por los dirigentes de las cuatro entidades agrarias. En sus modos se notaba desgano, una actitud que iba en sintonía con el sentir general del corte. La diferencia fue que, esta vez, el presidente de la Federación Agraria entrerriana reconoció la necesidad de ser orgánico para no quedar aislado del mapa nacional. De cara al futuro, la estrategia será permanecer “en estado de alerta, controlando las negociaciones” a la vera de la ruta, haciendo difusión y juntando firmas para que sea el Congreso el único que disponga “los impuestos nacionales y los derechos de exportación”, pero permitiendo el paso de los vehículos. Entre hoy y mañana, las cuatro entidades reanudarán el diálogo con el Gobierno en un encuentro en el Ministerio de Economía.
Desde el inicio del conflicto, De Angeli se acostumbró a hablarle directamente a Cristina Fernández de Kirchner. Esta vez la situación fue distinta, el mensaje tuvo como destinatarios a los presidentes de la Federación Agraria, Coninagro, la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas: “La decisión de anoche (por el lunes) me dolió mucho, pero tengo que ser orgánico”, reconoció ante los micrófonos y el centenar de productores que lo acompañaron. El peligro, reconoció, era que pasara definitivamente “de líder a demonio”. Desde el acoplado del camión dijo haber llorado cuando se enteró de la noticia y, con resignación, aceptó haber pensado mucho al respecto: “Haciendo reflexiones concluí que tampoco nos podemos quedar a vivir en las rutas, lo que queremos son soluciones no conflictos”, azuzó, rescatando un escondido costado conciliador.
En su discurso, De Angeli también convocó a Hermes Binner y Juan Schiaretti. “Les pido a los cuatro presidentes que no vayan solos a las negociaciones, que lleven a algún gobernador de los nuestros como garante. Les estoy hablando puntualmente a los de Santa Fe y Córdoba”, refirió.
Desde temprano, los ruralistas lo esperaban con ansiedad sobre el kilómetro 53 de la ruta 14. Mientras De Angeli recorría Córdoba y Santa Fe, su tarea era, como hace días, evitar que los camiones internacionales y los nacionales que transportaran cereales cruzaran el piquete. En el corte, el escenario era de viejos tractores, amontonados y decorativos, y de constantes alusiones a los símbolos patrios que tanto calan entre los productores agrarios. “Hoy viejos, enfermos y oxidados venimos a acompañar esta lucha por el futuro de la patria”, decía uno de los tractores. Otro abajo lo cortejaba: “Ayer, ayudamos a construir una Argentina potencia”. Había banderas argentinas por todas partes.
De hecho, cerca de las 19, una caravana del norte entrerriano entró en escena. Eran decenas de 4x4, algunas más sofisticadas que otras, todas embanderadas. El público, a esa altura bastante parsimonioso, se puso de pie y comenzó a aplaudir apenas escuchó a lo lejos el estallido de los petardos. De Angeli había llegado una hora antes en su nuevo avión para uso particular, un Piper Dakota de cuatro plazas que le fue cedido por el productor bonaerense Guillermo Irastorza. Desde ese momento se mantuvo en reunión secreta con su séquito más íntimo. Rápido de reflejos, aprovechó el envión que otorgaban los aplausos para pararse sobre el estrado y agarrar el micrófono. En ese momento, de fondo sonaba Alfredo Zitarrosa, quien cantaba: “Hay que darlo vuelta como la taba, si no cambia todo, no cambia nada”. De Angeli dijo lo suyo, brevemente, y luego partió presuroso a Concepción del Uruguay.
Néstor Emilio Coccaro, no viste bombachas, alpargatas ni boina, pero es uno de los productores agropecuarios que sigue con fidelidad a De Angeli. “Lo que deciden los cuatro presidentes es todo lo contrario a lo que digan los gringos del campo. Ellos tienen información y no la quieren dar”, denunció. Pero, como su líder, sabe de los riesgos que implicaría radicalizar la protesta: “Es cierto, tenemos que hacerles caso, pero con la advertencia de que si no cumplen vamos a tomar medidas extremas: ir allá a hacer una marcha enorme a la Plaza de Mayo o directamente quedarnos acá, pero sentaditos en la ruta”. Sin embargo, entre la picardía y la resignación, continuó: “Es obvio que tiene que ganar el Gobierno, porque si no todos van a creer que si salen a cortar van a lograr lo que quieren”.
Mucho se ha dicho de las rispideces entre el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y De Angeli. El entrerriano no ignora su poder de fuego y por eso días pasados advirtió, siempre con los medios como intermediarios, que sí o sí debían consultarlo ante cualquier iniciativa. Y ayer no ocultó su desconsuelo: “Sí, nos consultaron, y les dijimos que estábamos en contra de levantar las medidas, pero...”, dijo. Buscó mostrarse como apenado y sin terminar de entender, aunque en su discurso reivindicó en forma repetida “la unidad del campo”. Luego, en conversación con Página/12, su hermano mellizo, Atilio De Angeli, compartió el sentimiento: “Ellos saben que las que mandan son las bases, si nosotros hoy seguíamos se quedaban patinando. Tengo tristeza por irnos sin nada, pero lo hicimos por la patria”.
Paulatinamente, los manifestantes se fueron retirando. Pero no todos. Uno de ellos, robusto, invitaba a acercarse el asador que recién echaba sus primeras chispas y a sumarse a la guitarreada que anoche comenzaba al costado de la ruta.
Informe: Diego González.
Con el objetivo de agilizar el trámite a los pequeños productores rurales para el cobro de las compensaciones, se creó formalmente ayer el Registro Unico de Clave Bancaria Uniforme (CBU). La iniciativa, anunciada en su momento por Martín Lousteau, fue oficializada por la Oncca. La medida beneficia a quienes vendan en el mercado doméstico productos derivados del trigo, maíz, girasol y soja. Para acceder al cobro de las compensaciones, los interesados deberán presentar, con carácter de declaración jurada, el formulario de registro del CBU. La normativa aclara que el pago “sólo se hará efectivo” en la clave que se encuentre inscripta en el registro creado desde ayer. Hasta ahora, hubo apenas un centenar de pedidos de compensaciones, sobre 62.000 habilitados. La explicación de la Oncca fue que se debe a la informalidad en el sector. Con el sistema de devoluciones a través de la CBU, y mediante declaración jurada, tal vez aumenten las solicitudes.
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