Con la suspensión de las medidas de fuerza anunciada anteayer por las entidades agropecuarias, la plaza financiera volvió a tener una jornada tranquila. El dólar minorista se mantuvo sin variaciones y cerró en 3,17 pesos. Como si no estuviera conforme con su de-sempeño de la semana pasada, cuando utilizó todo su poder para desactivar las posiciones especulativas sobre el tipo de cambio, el Banco Central se concentró en el segmento mayorista y lo bajó hasta 3,14 pesos. Así, sorprendió a los operadores y golpeó a bancos y empresas. La cercanía de un posible acuerdo definitivo con un sector del campo abre el interrogante sobre cuántas divisas ingresarán cuando se normalice la comercialización y, por lo tanto, cómo reaccionará el mercado frente a estas presiones a la baja del tipo de cambio.

Según informaron a este diario desde la autoridad monetaria, el BC vendió el martes cerca de 50 millones en el mercado de contado y la misma cantidad en el segmento de futuros. Sin embargo, desde algunas entidades financieras comentaron que la intervención del Central ascendió a 130 millones, sorprendiendo a todos. Cuando los operadores mayoristas pensaban que se trataba de un día tranquilo, el Central apareció en escena ofreciendo una importante cantidad de divisa, provocando una baja de la cotización desde 3,15 a 3,14 pesos para golpear a bancos y exportadores. La sucesión de ajustes bajistas desubica a los grandes operadores, que entendían que el mes pasado se había alcanzado una nueva banda cambiaria.

El retorno a la comercialización de granos a partir de hoy comenzará a normalizar el flujo de divisa del sector exportador. Algunas estimaciones que circulan por la city calculan que todavía quedan por liquidar 1000 millones de dólares, que no se estuvieron ingresando durante marzo. La semana pasada los exportadores sorprendieron liquidando cerca de 500 millones de dólares, y superaron ampliamente las expectativas que generaba la continuidad de las medidas de fuerza. De alcanzarse un acuerdo, la duda de corredores se encuentra en la velocidad a la que ingresarán las divisas provenientes de la comercialización de granos, que sucede entre mayo y julio, principalmente de la soja. En lo que sí coinciden los financistas es que cuando esto suceda el Banco Central volverá a abultar su nivel de reservas, recuperando la marca de 50 mil millones de dólares. Ayer, luego de la intervención, se ubicaron en 49.050 millones de dólares.

Aunque con aumentos más humildes que los experimentados anteayer, la Bolsa porteña y los títulos públicos volvieron a tener una jornada positiva. Luego de un comienzo de rueda donde primó la prudencia, el MerVal terminó 1,1 por ciento arriba. Por el lado de los papeles de deuda los operadores comentaron que hubo una suave toma de ganancias. El Discount en pesos quedó 0,3 por ciento arriba, mientas que el Par trepó 2,2 y el cupón atado al PIB avanzó 0,6 por ciento. La impresión de analistas de la city es que una solución entre el Gobierno y las cuatro entidades agropecuarias pondría un piso a la caída en los títulos públicos. Durante casi dos meses, los bonos de deuda experimentaron marcados retrocesos en sus cotizaciones, no sólo por el lockout sino también por diversas presiones y rumores especulativos. También por la crisis que aún existe con los indicadores del Indec. En ese clima, importantes inversores del exterior se desprendieron de sus papeles, prefiriendo la liquidez del dólar, que no fue la mejor elección de refugio una vez que el Banco Central decidiera intervenir con todo su poder para calmar la demanda y desarticular las apuestas especulativas. En el microcentro sostienen que la recuperación de los bonos dependerán de cómo encare el Gobierno la inflación y de la solución que presente al prolongado conflicto del Indec.

Luego de inyectar más de 600 millones de dólares en el mercado de contado durante toda la semana pasada y activar todo su arsenal de herramientas preventivas para brindar liquidez, el presidente de la entidad, Martín Redrado, afirmó el fin de semana que “el actual régimen de tipo de cambio flotante administrado es el adecuado para hacer frente a situaciones de turbulencias financieras”.