EL PAíS › PLANES DE LO QUE FUE LA SEGUNDA LINEA DEL FREPASO
El recurso de los cuadros
Apostaron al gobierno de recambio y a la candidatura de Reutemann. Ahora buscan un lugar en un panorama cada vez más complejo.
Por J.N.
Fueron los operadores favoritos de Carlos “Chacho” Alvarez y representaron una segunda línea fuerte del Frepaso. Luego del colapso de la Alianza, Darío Alessandro, Juan Pablo Cafiero, Rodolfo Rodil y Nilda Garré marcaron una diferencia respecto de otros frepasistas: optaron por apoyar al nuevo gobierno y hasta fantasearon con la posibilidad de respaldar a Carlos Reutemann como candidato a presidente. Hoy, con el Lole fuera de carrera, se dedican a juntar fichas para lanzar su propio partido y a preparar un instituto programático. Políticamente andan un poco a la deriva: tanto, que aún no saben a quién apoyarán en las próximas elecciones.
El Frente Grande, en otra época una fuerza política innovadora y potente, ha dejado de existir como partido nacional y se ha divido en tres sectores bien diferenciados. Uno, liderado por José Vitar y respaldado por Chacho desde las sombras, se acercó a Elisa Carrió. Otro, que después de un congreso de legalidad cuestionada se quedó con el sello y la estructura partidaria, apuesta a la figura de Aníbal Ibarra. El tercero es el de Alessandro, Cafiero y Cía.
Las fuerzas de este último grupo son limitadas. Cuentan con un bloque de siete diputados liderado por Alessandro, retienen el apoyo del FG de algunas provincias, como Santa Fe y Entre Ríos, y mantienen algo más de peso en los dos distritos clave. En la Capital conservan el respaldo de retazos de la estructura, de un pequeño sector del FG universitario y de una pequeña red de locales. En la provincia, cuentan con el mínimo aparato construido por Rodil, aprovechando el ascenso de Graciela Fernández Meijide: esto incluye, además de dos legisladores provinciales, el apoyo del intendente de Morón, Martín Savatella.
El grupo de frepasistas busca armar algún tipo de estructura política, por más chica que sea, que les permita negociar alianzas futuras con otros partidos: Rodil ya logró reunir los avales necesarios en la provincia, pero en la Capital están un poco más atrasados. Savatella, por su parte, optó por armar una agrupación municipal denominada Todos por Morón.
Sus planes políticos para el futuro son un tanto confusos. Luego del colapso de la gestión de la Alianza, apostaron al gobierno de unidad nacional que decía liderar Eduardo Duhalde. No sólo acompañaron en el Congreso algunas leyes clave para la Rosada sino que designaron un representante en el Ejecutivo: Juan Pablo Cafiero, que asumió como vicejefe de Gabinete.
Nunca lo admitieron en público, pero la idea era traducir la situación en una fórmula de unidad encabezada por un peronista y respaldada por el radicalismo y por ellos. El problema es que el único que podría ocupar ese lugar –Carlos Reutemann– finalmente optó por no presentarse, con lo que desarmó de un golpe los planes de los frepasistas.
Sin un candidato que reúna las condiciones del santafesino, ahora no tienen muy claro qué harán. Todo indica que actuarán por descarte –no pueden apoyar a Carlos Menem, ni a Adolfo Rodríguez Saá, ni a Ricardo López Murphy– y les quedan pocas opciones: José Manuel de la Sota es una alternativa difícil. Rodolfo Terragno es una posibilidad, aunque ninguno tiene muchas ganas de reintentar una alianza con los radicales. La otra es Néstor Kirchner, con el que mantienen cierto diálogo a través de otros frepasistas –como Eduardo Sigal o Aldo San Pedro– que decidieron jugarse por el santacruceño.
“Depende mucho de si Kirchner va por afuera o por adentro, si Terragno mejora en las encuestas. Todavía no sabemos qué vamos a hacer. Igual, aunque vamos a tener que adoptar una definición, no es nuestra principal inquietud”, asegura un diputado del FG. Es lógico: su preocupación pasa más que nada por la renovación de su mandato legislativo que –igual que el del resto de sus compañeros de bancada– concluye el año que viene.
“Las elecciones legislativas en la Capital y en la provincia van a ser recién a fines del año que viene, y ahí sí vamos a tener que integrarnos aalguna lista, o armar algo entre nosotros”, explica otro legislador. Y, aunque no lo admite en voz alta, reconoce que lo más probable es que terminen apoyando partidos diferentes en los dos principales distritos: en la Capital, seguramente llegarán a algún acuerdo con Ibarra, sobre todo si se genera un escenario de polarización con Mauricio Macri. En la provincia, en cambio, todo indica que intentarán algún tipo de sociedad con Felipe Solá, hipótesis que se consolidó a partir del ingreso de Cafiero al Gabinete bonaerense.
Hay una cuestión esencial en todo el asunto, que ellos no parecen tener muy en cuenta: ¿qué tiene para aportar un grupo de frepasistas más o menos desconocidos, que carga el peso de la frustración del fracaso de la Alianza y que aún no ha encontrado una figura fuerte que los unifique? “Nuestra idea es hacer un partido de cuadros, similar a lo que en otro momento fue el MID”, sostiene el diputado. Y agrega que la idea es armar un instituto programático donde los técnicos del Frepaso –la mayoría de los cuales continúa trabajando junto a ellos, coordinados por Alessandro– elaboren propuestas y medidas. “Sabemos que tenemos que pagar un costo y que no estamos para una primera línea. Pero tenemos experiencia y creemos que podemos aportar, sobre todo desde lo programático”, concluye.