“Me voy del Frente para la Victoria. Estamos trabajando con otros diputados, pero los divorcios son dolorosos.” El diputado Felipe Solá confirmó por fin su alejamiento del bloque oficialista. Con el estilo que lo caracteriza, el ex gobernador terminó de concretar lo que venía adelantando desde hace semanas. Solá promete que no abandonará el barco en soledad. Según sus colaboradores, lo acompañarán entre ocho y diez diputados del PJ que pasarán a formar un bloque peronista disidente. La decisión de Solá no sorprendió a sus ex compañeros. “Si se quiere ir, que se vaya. Es absolutamente irrelevante”, lo cruzó Carlos Kunkel. El anuncio de Solá coincidió con otra revelación, en este caso realizada por el ex ministro de Economía Martín Lousteau. El joven economista, quien pasó a la posteridad por haber sido el autor de la Resolución 125, contó que está trabajando para el proyecto político de Solá, al que definió como “centro progresista”. Consultados por la incorporación, desde el entorno del diputado no quisieron hacer declaraciones. “No comments. Martín sabrá lo que dice.”

El aparente ingreso de Lousteau al equipo de colaboradores de Solá, que nadie desmintió, encarnó una curiosa paradoja. Durante el debate por las retenciones móviles, Solá se opuso al proyecto oficial que estaba inspirado en la Resolución 125 ideada por Lousteau. Como alternativa, Solá propuso achatar la curva de aplicación de retenciones, poner un tope de 40 por ciento y segmentar entre pequeños y grandes productores. El proyecto oficial, por el contrario, mantenía la esencia de la resolución que había diseñado Lousteau. Esas diferencias, sin embargo, parecen haber quedado en el pasado. Hoy Solá y Lousteau vuelven a trabajar juntos. Ya lo habían hecho durante la gobernación de Solá, cuando el joven economista formado en la London School of Economics fue designado presidente del Banco Provincia. Al inicio de la gestión de CFK, el propio Solá se jactaba de haber colocado a Lousteau al frente del Palacio de Hacienda.

Kunkel se encargó de recordar esos antecedentes. Desde que se enfrentaron a los gritos en el recinto, Solá y Kunkel son acérrimos enemigos. “Sería bueno que Solá dijera si consultó a los afiliados de Orígenes, que se habían afiliado a esa AFJP porque era del Banco Provincia, y un día se enteraron que por decisión de él y su principal operador económico, Martín Lousteau, fue vendida a un banco holandés”, recordó el diputado kirchnerista. Luego, a modo de pronóstico, Kunkel vaticinó que Solá no logrará sumar más adhesiones entre los diputados del FPV que provienen de la provincia de Buenos Aires. Lo mismo dijo el diputado Luis Cigogna, de muy buena relación con el actual vicegobernador Alberto Balestrini. “Fue gobernador seis años y no tiene ninguna estructura política. Sólo un diputado bonaerense se va con él, que es Villaverde. Sarghini hace rato que tiene bloque propio”, cargó Cigogna.

Solá confía en encabezar un bloque anti K que supere los diez miembros. Para lograrlo asegura contar con el apoyo de los diputados bonaerenses Villaverde y Sarghini, como también Enrique Thomas (Mendoza), Julio Arriaga (Río Negro), Beatriz Halak (Córdoba), Lorena Rossi (Río Negro), Zulema Daher (Salta) e Irma García (La Pampa). Todos ellos fueron electos en las boletas del Frente para la Victoria. Jugando con el misterio, cerca de Solá prometieron sumar otras presencias. “Faltarían definirse tres más”, adelantaron. La partida del ex gobernador no alterará las rutinas ni las prácticas del bloque oficialista. Desde hace varios meses, Solá no asistía a las reuniones de la bancada. “Solá va a buscar otras alianzas, va a expresar otros intereses”, pronosticó ante PáginaI12 la diputada Patricia Vaca Narvaja, número 2 del bloque oficialista.