Julio Cobos sabe que está obligado a ganar las elecciones legislativas en Mendoza si quiere ser candidato a presidente en 2011. “Si no, es imposible”, repitieron ante Página/12 varios de los hombres más cercanos al vicepresidente. Pero Néstor Kirchner también lo sabe y ya le pidió al gobernador Celso Jaque que ponga todo su arsenal político para que Cobos y su espacio no salgan victoriosos en 2009. Para el vice y ex gobernador será la madre de todas las batallas. Según las encuestas que maneja, su popularidad supera por lejos la de cualquier otro político. Pero esos mismos sondeos le recomiendan no involucrarse en “especulaciones políticas”. Por eso descartó una candidatura suya a legislador y repite incansablemente que no renunciará antes de culminar su mandato.

La imagen positiva de Cobos en la provincia llevó tanto a los cobistas “puros” como a peronistas, radicales y demócratas cristianos a aceptar su liderazgo de manera casi indiscutida. Sin embargo, los conflictos empiezan entre sus seguidores. Todos tienen sus ambiciones y pelean por obtener un lugar privilegiado en las listas. El problema es que las bancas en juego son pocas y no hay lugar para todos. Se renuevan tres senadores, dos por la mayoría y uno por la minoría, y cinco diputados. En la presidencia del Senado hacen cuentas y suponen que se llevarán los dos senadores y dos o tres diputados.

Tras el análisis de los “focus group” definieron el eslogan de campaña de Consenso Federal para todo el país: “Gente de Cobos”. El latiguillo –que ya fue utilizado por el vice satisfactoriamente en 2005– apunta a superar los impedimentos del vicepresidente para ponerse en el centro de la escena y busca transmitir a dirigentes desconocidos la buena imagen del mendocino. La idea es mostrarlos como “caras nuevas” de la política.

El principal conflicto que tienen los cobistas es con la UCR orgánica, que mantiene las expulsiones de los ex radicales K –incluido el vice– y también la intervención del distrito. Pero aún dentro del espacio que lidera Cobos hay tres líneas internas, una que pugna por volver al partido, encabezada por el ex candidato a gobernador por la Concertación, César Biffi; otra que impulsa un acuerdo partido a partido, cuyo principal referente es el titular del ConFe, Juan Carlos Jaliff, y por último una línea intermedia, que propone el intendente Alfredo Cornejo: volver a la UCR pero haciéndose cargo ellos de la conducción del partido.

Biffi y el senador radical por Mendoza Ernesto Sanz habían llegado a un principio de acuerdo para recomponer la situación. Todos volvían a la UCR y el ex candidato encabezaba la lista de diputados y Sanz la de senadores. Sin embargo, ese acuerdo fue resistido por el resto de los mendocinos que responden al vice. Mientras, la semana pasada se dio la primera reunión oficial entre el interventor de la UCR, Carlos Le Donne, y Sanz con los dirigentes del ConFe.

En diálogo con Página/12, su presidente, Juan Carlos Jaliff, cuestionó varios puntos de las negociaciones que se hicieron hasta el momento. Primero, reclamó que se levante de una vez la expulsión a Cobos. La opción de que el vice se tome licencia hasta que concluya su mandato tampoco lo satisface. Segundo, planteó que no hay que empezar por las candidaturas, sino los acuerdos programáticos. Y, por último, señaló la dificultad de desandar el camino que ya iniciaron con Consenso Federal. “¿Qué le vamos a decir a los 15 mil afiliados que tenemos? ¿Que era de mentiritas?”, se quejó el ex vicegobernador. Por lo bajo, en el ConFe reconocen que un acuerdo entre partidos para el año próximo sería una especie de “transición” de cara a una reunificación en 2011. Lo cierto es que Sanz tiene mandato hasta el 2009 y sus chances de renovar la banca son casi nulas si no logra un arreglo con el cobismo. Esta semana habrá otra reunión entre las cúpulas radicales y cobistas para seguir con las negociaciones.

Todavía el vice no tomó cartas en el asunto para definir la cuestión. Cerca suyo revelaron que “no quiere dejar ningún herido en el camino”. Más allá de su discurso por el consenso, lo que le preocupa a Cobos es que aquel dirigente que resulte perjudicado pueda convertirse en uno de sus peores rivales.

Pero en la provincia no sólo hay que dirimir la cuestión con los radicales. El diputado peronista Enrique Thomas, que lanzó el viernes su partido Unidad Popular, también tiene que renovar su banca y aguarda un lugar bajo el paraguas del ConFe. “Siempre se portó muy bien con Cobos, fue más leal que muchos radicales”, le reconocieron a este diario desde la presidencia del Senado. Sin embargo, existen varios detractores de un acuerdo con el peronismo antikirchnerista. Argumentan que son figuras muy conocidas, pero con poca estructura. De todas maneras, Thomas cuenta con el apoyo explícito de Cobos.

Además, el vice aseguró que no se puede gobernar sin una pata peronista. En el ConFe creen que no puede faltar el PJ para derrotar al kirchnerismo el año próximo. Jaque, en cambio, contará con un apoyo especial de la Casa Rosada y –según los cobistas– tendrá fondos extras para remontar una gestión que todavía no logró levantar vuelo. Desde el oficialismo esperan que con más dinero para obra pública y el respaldo del titular del PJ puedan destruir las aspiraciones electorales del vice, derrotándolo en su propia tierra.