Las butacas están casi todas vacías. Sólo en las primeras filas cada tanto se sientan algunos abogados. A veces los jueces del tribunal levantan la mirada y ni siquiera han ido los testigos citados. Tampoco van los imputados, con la excepción del ex jefe de la Fuerza Aérea Juan Paulik, que tiene casi asistencia perfecta. En estos días, el juicio por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia dista del revuelo que generó en sus primeros días, cuando Carlos Menem amagaba con no presentarse y parte de su vieja tropa, con Emir Yoma y Oscar Camilión a la cabeza, reaparecía en Tribunales. En un comienzo, todos los cálculos apuntaban a que la sentencia tardaría unos ocho meses en llegar. Ya pasaron diez y, hoy por hoy, los cálculos más optimistas en Tribunales vaticinan que hay para diez meses más de audiencias.

Desde que empezó, el 16 de octubre del año pasado, el juicio por la venta ilegal de armas, el de mayor envergadura sobre la corrupción de los años noventa, transcurre a paso lento y burocrático. Sólo la lectura de la acusación a los 17 imputados –por contrabando de armas en la mayoría de los casos– ocupó casi tres meses. En esos días la sala del subsuelo de los tribunales de Retiro estaba medianamente poblada hasta por periodistas extranjeros. Y volvió a estarlo entre febrero y marzo, cuando llegó la hora de las indagatorias, aunque pocas se concretaron. Desde entonces, los jueces del Tribunal Oral en lo Penal Económico 3 (TOPE 3) y el fiscal Mariano Borinsky conducen el juicio casi en soledad. “Lo importante es que se haga”, rescatan en la fiscalía.

En los últimos meses declararon apenas 110 de los 450 testigos previstos. A las dos audiencias semanales sólo dos acusados concurren con asiduidad: el brigadier Paulik y el coronel Carlos Franke, de Fabricaciones Militares. A veces están los ex funcionarios Enrique de la Torre (Cancillería) y Mauricio Muzzi (Defensa). La mayoría de los abogados ni va. Hasta ahora los testimonios apuntaron a reconstruir la etapa en que las 6500 toneladas de cañones y municiones salieron de las sedes de Fabricaciones Militares (FM) en varias provincias pasando por algunas dependencias militares y de allí a la Aduana. Pero todavía no se habla de los envíos ilegales a Ecuador y Croacia propiamente dichos, entre 1991 y 1995, ni de la firma de los decretos que disfrazaron la venta.

Uno de los jefes del batallón 601 de Polvorines, Adolfo Ferrante, reconoció que el ex director de FM, Edelberto González de la Vega, le pidió espacio para albergar 85 contenedores con armamento. Cargar material bélico en conteiners no era habitual, añadió el testigo Carlos Herrera Lindstrom, del grupo de Artillería de Mercedes, Corrientes. Tampoco lo era, explicó, que fueran civiles quienes retiraran los contenedores. Lo retiraban, relató, con el argumento de que eran armas viejas que serían reparadas y devueltas. “Pero el material se esfumó”, dijo.

El único testigo que hasta ahora aludió a Menem fue Luis Alberto Lago, un militar que cumplía órdenes de Jorge Cornejo Torino (ex director de la Fábrica Militar de Río Tercero) y que fue enviado a Croacia para probar tres cañones Citer. Viajó, dijo, con un pasaporte que le consiguió De la Vega en un día. Contó también que tuvo contacto con el traficante e intermediario Diego Palleros, quien le decía que se quedara tranquilo y le mostraba, como cobertura, papeles firmados por el ex presidente. Palleros –precisó– nunca le terminó de pagar.

En unos quince días se empezaría a hablar de las responsabilidades políticas, un asunto que sólo sobrevoló las indagatorias de los pocos que aceptaron declarar, como el ex ministro de Defensa Oscar Camilión, quien le apuntó a Menem, a los directivos de FM y al Ejército. En la nueva etapa podrían testificar el ex presidente Fernando de la Rúa, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, el ex jefe del Ejército Martín Balza, el ex secretario Alberto Kohan y el ex embajador James Cheek, entre otros.

En la fiscalía creen que el juicio podría durar hasta marzo o abril. Algunos defensores hablan de mitad del año próximo. Después comenzaría el juicio “Armas II”, que tendrá en el banquillo a la ex esposa de Palleros, Alicia Barrenechea, de cuyas cuentas en Montevideo envió 18 millones de dólares a ex funcionarios menemistas con los pagos de Ecuador y Croacia. Ese juicio también podría llegar a incluir al ex ministro Domingo Cavallo.