EL MUNDO › LA CASA BLANCA AFIRMó QUE “NADA CAMBIó” CON EL PLAN DE REFORMA SANITARIA

La “opción pública” sigue en pie

Ayer el portavoz de Obama bajó el tono a la información de que su jefe esté cediendo ante las presiones de los republicanos. Anteayer, la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, sugirió dejar a un lado la cobertura pública como parte de la reforma al sistema de salud.

 Por David Usborne *

Luego de ser atacado durante semanas por medio de una campaña opositora perfectamente orquestada, Barack Obama regresó ayer a la Casa Blanca tras una gira por el oeste de su país para tratar de impulsar su reforma de salud. La vuelta del mandatario, sin embargo, no fue acompañada de aires triunfales sino todo lo contrario: el rumor es que Obama ya estaría listo para negociar algunos de los puntos clave con sus adversarios. Ayer, su portavoz Robert Gibbs declaró que la administración “sigue optando por la opción pública” y que “nada cambió” respecto del plan de reforma sanitaria.

Un punto clave sería la idea de crear como resultado de la reforma un organismo público que funcione como prestatario básico de una cobertura de salud como alternativa a las coberturas privadas. Tal posibilidad no fue insinuada por Obama. Sin embargo, previendo cualquier posible movida en este sentido, el ala progresista del Partido Demócrata salió ayer a defender la llamada “opción pública” y advirtió que ese punto no es negociable. “No creo que la reforma pueda aprobarse sin la opción pública”, señaló ayer Howard Dean, ex presidente del Partido Demócrata, en declaraciones a la cadena CBS. “Realmente no creo que podamos hablar de una reforma del sistema de salud sin crear una cobertura pública para todos. Hay muchas personas que lo entienden de esta manera y estoy seguro de que el presidente es una de ellas”, remarcó Dean.

El senador de Virginia Occidental, John Rockefeller, salió a su turno en defensa del mismo principio. “Estoy convencido de que la inclusión en el proyecto de un organismo público fuerte que les brinde una cobertura de salud a los norteamericanos es indispensable”, enfatizó.

Desde hace meses, todos saben que la idea, en el Senado, no tiene chances de lograr un apoyo bipartidario. Incluso podría espantar al bloque de demócratas conservadores, lo que terminaría de echar por tierra cualquier posibilidad de hacer aprobar el proyecto. “Los votos en el Senado, sencillamente, no están”, afirmó el senador Kent Conrad.

No obstante, tratar de adivinar las intenciones de Obama en un debate político tan intrincado podría ser engañoso. En efecto, fue la propia secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, quien sugirió dejar a un lado la opción pública durante el fin de semana. Por lo tanto, bien podría ser que la Casa Blanca haya soltado el rumor para ver las reacciones y luego, por qué no, insistir con la idea. O quizá la opción pública sea una ficha de negociación que la Casa Blanca estuvo dispuesta a dejar caer desde un comienzo y ahora estemos llegando a ese momento.

Lo único cierto es que, en este momento, la Casa Blanca perdió el control sobre el mensaje que quiere transmitir. Y, por si fuera poco, el receso legislativo de agosto se pasó entre imágenes de TV que muestran a congresistas afines al proyecto de Obama siendo abucheados por los ciudadanos que los tildan de “socialistas” por querer explicarles los beneficios de tener un sistema de salud pública.

Pocas de esas escenas son espontáneas. Sobra evidencia que indica que la gente que asiste a los mitines está siendo fogoneada por todo tipo de asociaciones conservadoras. Por mencionar sólo algunas de ellas, Americans for Prosperity (Americanos por la Prosperidad), Grassfire, Tea Party Patriots y Resistnet, incluso le dan consejos a la gente de cómo hacer preguntas incómodas a los legisladores.

Igualmente obvia es la insistencia de ciertos medios de comunicación por magnificar lo que muchas veces es apenas un grupo de diez personas gritando de forma histérica contra un diputado. Y, en el mismo sentido, la obsesión de muchas personas por grabar estos videos y difundirlos a través de YouTube. “No cabe duda de que Internet afectó profundamente las formas de hacer campaña e incluso las formas de debatir un asunto en política, ya que permite esquivar las formas tradicionales de dirigirse a la gente”, señala Terry Madonna, director del Centro de Políticas Públicas en la Universidad Franklin and Marshall de Pennsylvania.

Luego, claro, están algunos personajes de la TV que, sin inmutarse, hacen campaña abiertamente en favor de la oposición. Tal es el caso del presentador de noticias de la cadena Fox, Glenn Beck. “Sin dudas, Fox continúa a la vanguardia de la ofensiva conservadora”, señaló el periodista Eric Boehlert, del sitio MediaMatters.org.

El esfuerzo más consistente contra la reforma de salud de Obama es, sin embargo, el menos visible. Los dos principales afectados, las compañías aseguradoras y la industria farmacéutica, invierten millones de dólares en bloquear definitivamente la opción pública.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Barack Obama regresó ayer a la Casa Blanca tras una gira por el oeste de Estados Unidos.
Imagen: EFE
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