Desde Nueva York

El presidente del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno, siempre sale contento de las reuniones con Cristina Kirchner. Es que el gobierno argentino junto con el mexicano son los que más vienen bregando en cuanto foro tengan a su alcance para que el banco duplique su capital y pase de repartir 100 mil millones a 200 mil millones de dólares entre los países americanos. La Presidenta le anticipó que volverá a la carga con la idea en la Cumbre del G-20 que se hará esta semana en Pittsburgh, como ya lo hizo en la anterior en Londres y en la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago. El problema –explicaban en la comitiva– está en el Congreso de los Estados Unidos.

Moreno fue el primer invitado que ayer pasó por el hotel Four Seasons. “La idea de la Presidenta es llevar esta propuesta para que de la mano de los otros presidentes que son parte de la región en las Américas pueda llevarse al G-20 la necesidad de aumentar el capital de una institución que es fundamental para el desarrollo de toda nuestra región”, explicó Moreno a la salida. El planteo de los países será que el G-20 disponga medidas de estímulo a la economía como ya hizo con los bancos de Asia y de Africa, por ejemplo, “fondeando” al BID, el organismo que se encarga de financiar obras de infraestructura y programas sociales. Cristina Kirchner firmará una carta con ese reclamo junto al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el mexicano Felipe Calderón. El inconveniente es que en el mundo desarrollado no ven que América esté pasando necesidades como otras partes del planeta. Los congresistas norteamericanos opinan que con las urgencias que ellos tienen no hay motivos para andar repartiendo billetes verdes por el patio trasero.

En la comitiva argentina buscaban revertir la argumentación. “Justamente, como América latina aguantó bien la crisis puede jugar un rol muy dinámico en la recuperación”, explicaba un funcionario. El planteo forma parte de una discusión más grande: el reclamo por una mayor participación de los emergentes en los organismos de poder internacional. “Coincido plenamente con la Presidenta, somos parte de la solución y no del problema, que era lo que pasó en Latinoamérica durante tantos años”, sostuvo ayer Moreno.

El colombiano aseguró que no se analizaron las conversaciones argentinas para renegociar su deuda con el Club de París, pero volvió a mostrar su predisposición a colaborar en caso de que hiciera falta. “Celebramos cualquier esfuerzo que el Gobierno haga en esto”, añadió.

En la reunión estuvieron el canciller Jorge Taiana; el embajador argentino en Estados Unidos, Héctor Timerman; el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, y el de Formosa, Gildo Insfrán. La presencia de los gobernadores se debió a que sus provincias son parte de un programa del BID, el “Norte Grande”, que reparte dos mil millones de dólares.

La Presidenta recibió luego en su hotel al secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias. La reunión resultó un poco accidentada porque coincidió con la noticia del retorno de Manuel Zelaya a Honduras (ver página 2). Con todo, quedó confirmado que la edición 2010 de la Cumbre Iberoamericana se hará el 11 y 12 de noviembre en Mar del Plata, como un gesto de celebración por el año del Bicentenario.