EL PAíS › BERCUN RECONOCIO ACTUAR COMO LOBBISTA
De coimas, ni hablar
No admitió haber intermediado en el pedido de coimas. Incluso dijo que no estaba enterado, antes de leerla en los diarios, de la versión que indicaba que los senadores habían reclamado plata a los banqueros a cambio de trabar leyes. Lo que sí quedó muy claro de la declaración de Carlos Bercún ante el juez Claudio Bonadío fue su rol como lobbista y sus fluidos contactos con legisladores, empresarios y funcionarios del Ejecutivo. El hombre que tenía abultados contratos como consultor con bancos privados, con el Central y con el Ministerio de Economía, habló de sus entrevistas con el ministro Roberto Lavagna y el presidente Eduardo Duhalde.
Bercún aseguró que “no realizó ninguna gestión contratado por los banqueros ante los senadores, ni viceversa”, y sostuvo que de los supuestos pedidos de coimas “se enteró por los medios” de comunicación. A pesar de negar su rol de “gestor” o “mediador”, explicó que su labor consistía en “acercar partes y posiciones”. En las cinco horas que duró su declaración como testigo ante Bonadío y el secretario Nelson Vicente, el influyente consultor narró que conoció al ex senador y actual director del Banco Central, Ricardo Branda, y al senador Carlos Verna, mientras era funcionario, durante la gestión en Economía del ex ministro Roque Fernández. Branda está involucrado en el caso porque un anónimo que figura en el expediente lo menciona como el ideólogo de “recaudar” con las leyes que afectaban a los bancos. Verna habría participado también en el pedido. El lobbista reconoció haber estado presente en dos reuniones de las que se habló después de que el periodista del Financial Times, Thomas Catán, publicara que existía “malestar” entre los responsables de bancos extranjeros por pedidos de dinero para obstaculizar el tratamiento de leyes que los perjudicaban. Lavagna, Duhalde, senadores y banqueros fueron los protagonistas de esas dos entrevistas. Una fue una cena, que se concretó en una oficina de Bercún. Lavagna admitió su presencia allí cuando se presentó ante la Comisión de Asuntos Constitucionales. La otra reunión fue a principio de año en la Casa Rosada y participaron Duhalde, el entonces presidente del Banco Central, Mario Blejer, y varios banqueros. Esta entrevista, según declaró Bercún, se había realizado a instancias del ex jefe de la SIDE, Carlos Soria.
Bercún era un desconocido –aunque no en los círculos del poder político y económico– hasta que se destapó este nuevo escándalo. Catán declaró que el pedido de coimas lo había transmitido un lobbista, la senadora del PJ Malvina Seguí lo mencionó con nombre y apellido y el Ministerio de Economía le rescindió un contrato por 19 mil pesos mensuales.
Bercún explicó que aprendió el oficio cuando fue funcionario del Ministerio de Economía, en el gobierno de Carlos Menem. Y que así descubrió un “nicho” sin explotar, buscar información sobre los proyectos de ley y analizar qué impacto tendrán en los distintos sectores sociales. El hombre se quejó de haber sido señalado por Seguí como “nexo” entre banqueros y senadores para la negociación de las coimas. “Me acusa sin conocerme ni saber cuál es mi actividad”, dijo.
La citación de Bercún estaba prevista para hoy, pero él mismo se presentó ante Bonadío para pedir que se adelantara la audiencia por “cuestiones de índole familiar”. El fiscal del caso, Guillermo Marijuán, no estuvo presente porque se opuso a que Bercún declarara como testigo. Quería, en cambio, que fuera citado como sospechoso. Con ese planteo recurrió ayer a la Cámara Federal porteña. De cualquier manera el juez está habilitado para citar nuevamente a un testigo en calidad de sospechoso.