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La mesa del diálogo emitió ayer un documento en el que detalló cuáles son las medidas concretas que, esperan, surjan como resultado de la ronda, en un punto similares a las que motivan los cacerolazos. Los obispos le apuntaron al Gobierno y a los bancos al reclamar la liberación del corralito financiero, a las empresas privatizadas al pedirle que se adapten a una economía deprimida y a la dirigencia política que bajen sus gastos. Para cuando salió el documento, el Gobierno ya se había apresurado a dar una señal de “medida concreta” cuando el ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof anunció que la semana que viene se formará una mesa de concertación laboral productiva “para acordar una agenda de temas encaminados a superar la emergencia que vive el país”.
El presidente Eduardo Duhalde ya había tenido un anticipo de lo que sería el documento cuando se reunió en Olivos con el senador Antonio Cafiero y el vicejefe de Gabinete, Juan Pablo Cafiero. En el Gobierno existía el temor que la mesa de concertación que lanzó con tanta solemnidad el Presidente terminara resultando un búmeran, luego de que los obispos pidieran renunciamientos y mostraran su frustración por el nulo avance de sus gestiones.
Si bien el lenguaje de los obispos nunca se caracterizó por directo, finalmente, el documento titulado “Bases para el diálogo argentino” no escapó a las consignas que suelen matizar las protestas de los últimos tiempos ni de las generalidades que ya se hablaban incluso desde antes. Por ejemplo, se refirió al:
corralito: pidió que se establezca “un justo equilibrio entre el derecho de los depositantes a disponer de sus ahorros y la necesidad que tiene todo el país de contar con un sistema bancario responsable que atienda con seguridad, celeridad y respeto a sus clientes”.
medidas económicas: reclamó “medidas urgentes de reactivación económica y generación de empleo, poniendo énfasis en el rol de las Pymes”, y que se establezcan “severas sanciones para quien desvíe los fondos destinados a la ayuda social o a quien promete o condicione la ayuda social a cambio de apoyo político”. Los obispos tampoco se privan de realizar una “convocatoria patriótica” a los argentinos que tienen sus dineros en el exterior.
gasto político: sostienen que hay que “derogar las jubilaciones de privilegio” y que ningún funcionario político “pueda tener cuentas o fondos en el exterior, a su nombre o al de familiares directos”. A los legisladores les exigieron que “traten y sancionen las leyes que reglamenten campañas y el financiamiento de los partidos políticos”.
empresas privatizadas: a los sectores que “se beneficiaron con altas rentas monopólicas” que se adapten “a una economía deprimida, que necesita sus servicios para reencontrar la senda del crecimiento, definiendo nuevas reglas de juego y espacios de regulación, en beneficio de usuarios y consumidores”.
reforma del Estado: dijeron que los cargos de conducción de la administración se hagan a través de “concursos transparentes” y que se renueven todos los organismos y entes reguladores de servicios.
justicia: propuso que “debe equipararse a los jueces al resto de la ciudadanía en su obligación de pago de impuesto a las ganancias y bienes personales”. También pidió “la libertad de los presos detenidos por reclamos sociales no violentos, en función de la paz social y la preservación de sus familias”.
Pero el Gobierno ya había tomado nota del reclamo de los obispos que integran la mesa del diálogo y buscó alguna forma de atender sus reclamos. El ministro Atanasof visitó por la tarde la sede de Cáritas en donde viene realizándose la ronda de diálogo y salió con la propuesta de una nueva mesa paralela que reúna a la dirigencia sindical y empresarial. Según el ministro, el objetivo de la mesa “será diseñar un nuevo perfil de crecimiento en la Argentina y pondrá especial hincapié en el rol de las pymes como instrumento de la rápida generación de empleo y aumento de laproducción”. Si los contactos positivos realizados por Atanasof se concretan, la nueva mesa comenzaría la semana que viene con la presencia de las centrales sindicales más la UIA, la CEA y demás nucleamientos empresariales.