Martes, 16 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › PATRICIA WALSH, LEGISLADORA PORTEÑA SALIENTE POR MST-IZQUIERDA UNIDA
Por Adriana Meyer
Vacaciones, lo que se dice vacaciones, no se tomó. La ex diputada nacional y ex legisladora porteña Patricia Walsh sólo se escapó del pesado verano de Buenos Aires algunos fines de semana. Siente que hizo un buen cierre de su actividad en la Legislatura con la aprobación por unanimidad del proyecto de su autoría por el cual la fábrica de chocolates Arrufat fue declarada de utilidad pública y sujeta a expropiación. La planta había sido tomada por sus trabajadores el verano pasado y la habían puesto a producir, luego de que en vísperas de Reyes la encontraran sin patrones a la vista. “Empezaron a hacer lo que saben, ese turrón que los de mi edad conocemos bien”, dice la referente extrapartidaria del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST)-Nueva Izquierda, que aún no llega a los 60 años. “Ahora tienen la ocupación temporaria y la garantía de que no les van a sacar las máquinas. Fue aprobado en la última sesión ordinaria, de esas maratónicas, y las trabajadoras de la nueva cooperativa Vivise mandaron bombones que pusimos en cada banca... un buen final de gestión”, agrega.
–¿Cuáles son ahora sus planes políticos?
–Voy a integrarme como asesora en comisiones, como la de Mujer, que me comprometen dentro del bloque Nueva Izquierda, siempre como extrapartidaria e independiente de izquierda. La Ciudad tiene que avanzar sobre temas de género, con legislación sobre aborto. Logré aprobar en estos dos años una ley –que no está reglamentada, lo cual es una forma de veto que tiene Mauricio Macri– de prevención de cáncer genito-mamario, conocida como ley del Prodegem, que es un programa que ya se aplica hace años en algunos centros de salud. Propone extenderlo para facilitar la consulta de las mujeres para que se puedan hacer sin trámites complicados el estudio del PAP y colposcopia. Las mujeres tenemos horarios limitados, casa, marido, hijos, perro y hasta adultos mayores que cuidar. Si no te lo facilitan, lo dejás pasar año tras año y allí es donde aparece la enfermedad que se puede prevenir. Esto es posible porque son estudios de bajo costo, viejísimos; me acuerdo de Tita Merello cuando decía: “Nena, ¿te hiciste el PAP...?”, pero lo querés hacer y no conseguís turnos. Además, la ley prevé la vacunación, que es cara, contra el HPV. Está vigente, pero hay que lograr ponerla en práctica.
–¿Se va con Pino Solanas o sigue con el MST?
–Nunca estuve con el MST en el sentido de pertenencia partidaria, siempre estuve como extrapartidaria, lo cual a veces es difícil de entender para los votantes. Fui candidata con la vieja Izquierda Unida, y dos años como legisladora porteña con lista en el MST y en el bloque Nueva Izquierda.
–¿Podría estar como extrapartidaria con Pino?
–Sí, pero no sé cómo van a ser las propuestas electorales para 2011. Quiero aprovechar la experiencia legislativa de seis años, no estoy para retirarme de la política, estoy en un momento de transición. Sigo siendo una independiente de izquierda, con lo cual un acuerdo con Pino es posible, pero para mí la unidad siempre fue una cuestión programática. No hay que ser rígido sino ver cómo lograr bancas de izquierda. Sin el diputado Gerardo Romagnoli, en esta Legislatura a partir de marzo sólo va a estar mi compañero Marcelo Parrilli. El oficialismo está debilitado, con aberraciones como las escuchas telefónicas, la Policía Metropolitana o la patota de la UCEP. Macri viola la ley, ahora con esta minipicana eléctrica. Dan explicaciones increíbles como que son instrumentos adecuados para intervenir en situaciones de violencia familiar o suicidio. Como psicóloga social no me lo puedo imaginar. No tienen idea de cómo utilizar el dinero de todo, ni cómo encarar de otra manera el tema de la seguridad.
–En las próximas elecciones, ¿volverá a ser candidata? ¿Con quién?
–Dejo la banca a Parrilli porque tengo empeñada la palabra, y la cumplo. Acordamos en 2007 compartir el mandato, lo cual ha sido práctica como sucedió con Vilma Ripoll y Marcos Wollman. Para quienes somos de izquierda es importante compartir mandatos, nos permite socializar experiencia legislativa. Seguramente seré candidata, me sigue apasionando pensar la construcción de alternativas, es posible ganar bancas de izquierda. Hay que fortalecer ejes como la lucha contra la impagable, incobrable e ilegítima deuda externa y la lucha por los derechos humanos, que es apasionante. Voy a estar en la marcha unitaria de la izquierda del 12 porque creo, como dijo mi padre en su Carta Abierta a las Juntas Militares, que la deuda es la miseria planificada para millones de personas y creo que eso es parte de luchar contra las violaciones a los derechos humanos de hoy. Estoy como querellante en el juicio ESMA por el asesinato de mi padre, Rodolfo Walsh, y el viernes 5 mi abogada Myriam Bregman preguntó al tribunal por qué detenidos como Acosta, Astiz o Weber se retiraban sin ser esposados. Es una relajación que no se puede permitir a genocidas. Y vamos a insistir con que debe ser preservado el campo de deportes, donde siguen haciendo fútbol y otros deportes en un lugar que tiene que ser sometido a peritajes porque algunas víctimas, como mi padre y Laura Villaflor, pudieron haber sido desaparecidos ahí con el “asadito”, y con los vuelos de la muerte.
–¿Podría no volver a estar como candidata del MST?
–No descarto nada, pero no estoy teniendo charlas. Hay que fortalecer un proyecto desde la izquierda que implique superar la fragmentación. El tema del campo dividió a la izquierda, nos dejó un grado de debilidad política. La reforma política está construida para liquidar a las minorías políticas como la izquierda. Pero desde lo programático no se puede acordar con cualquier cosa. Quiero ver si las bancas que obtuvo Pino se expresan en lo que aspiro sea una gran oposición a Macri.
–¿Cuál es el karma que impide la unidad de la izquierda?
–El personalismo, el dogmatismo y el sectarismo.
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